A esta altura da la sensación de que nada de lo que se haga para prevenir los robos alcanza. Ante los reiterados hechos en los que los delincuentes se meten en las casa haya o no moradores, muchos están optando por extremar medidas pese a la cuestión económica, y el gasto que representa cambiar alambrados por paredones o, aquel que lo tiene, agregarle más filas.

En esta oportunidad sucedió en el barrio Los Fresnos, donde un vecino faltó de su casa un día y, cuando regresó al mediodía, se encontró con que le habían robado. Más allá de la medianera de más de 2 metros, quien ingresó no tuvo ningún inconveniente en saltarlo.

Ya dentro del patio, seguramente sabiendo que no había nadie si es que hizo inteligencia, recorrió cada centímetro, encontró una ventana corrediza que no estaba con su seguro, y aprovechó para meterse por allí.

Una vez adentro de la propiedad, se llevó varios objetos de valor. Revolvió todo, seguramente buscando dinero y, como no lo encontró, agarró un parlante, un micrófono, y otros objetos tecnológicos.