23/01/2024

El Hormiguero se pronunció en contra de las medidas del gobierno de Javier Milei

El Hormiguero se pronunció en contra de las medidas del gobierno de Javier Milei
 
Desde el Espacio Interinstitucional con infancias y adolescencias EL Hormiguero(CURZA-UNCO) manifestamos nuestra profunda preocupación y repudio fundado al DNU, la Ley Ómnibus y las primeras decisiones, lineamientos políticos que está poniendo en marcha el actual gobierno nacional.
 
Partimos de la responsabilidad ética que el psicoanálisis tiene de ligar la actualidad que está en el horizonte de la pregunta por la subjetividad humana, la cual es siempre y desde el inicio con otros, siempre y desde el inicio: política.
Es necesario señalar que la cantidad de temáticas variadas que quedan arrojadas sobre la mesa en ese decreto y ley, producen en la sociedad un estado de confusión muy importante, con efectos que se traducen en malestares de diverso orden, desde la angustia al terror, con una incidencia profunda en la salud y los modos de vincularse.
 
Cabe mencionar una verdad de Perogrullo: no es posible para el sujeto humano abordar y abarcar todo. El gobierno pretende poner en cuestión, desregulando, desfinanciando y en algunos cuantos casos suprimiendo: la cultura, la educación y salud pública; los derechos humanos y cada terreno ganado por la comunidad, política incluida. Terreno que es basamento constitutivo del humano, que es tal únicamente en comunidad, cultura, Estado y leyes intermediando.
 
El permanente discurso de odio ante quien se oponga a estos arrasadores intentos es ejecutado por la vía de censuras. Apagando micrófonos se silencian las voces, se multiplican linchamientos virtuales en los medios de in-comunicación, disponiéndose de un entrenado ejercito de hater y trolls para defender el ataque. Basta con observar lo que ocurre con los/as artistas nacionales y referentes de la comunidad que se pronuncian en disidencia con estas políticas. Uno de los mecanismos que ponen en marcha desde el dispositivo de la ultra derecha y sus aliados es el de inversión de sentido de los significantes de la cultura. Esto es, se apropian de palabras, de elementos para hacer un uso utilitario de acuerdo a sus intereses, vaciándolos de sentido e historia, imprimiéndoles sentido contrario, antitético –tal como podemos ver que se hace con la palabra libertad-. En este mismo aspecto, observamos cómo pueden tomarse canciones de una banda de ideología crítica y popular para imponer un sentido vacío y absolutamente contrario, sin tener que asumir ninguna responsabilidad por eso. Este procedimiento estragante, avanza también sobre la ciencia y la investigación. El mercado se vale de sus avances sin reconocimiento alguno.
 
En el intercambio actual, lo simbólico es abolido y con ello el punto de anclaje a un referente, siempre difícil pero necesario, real siempre, con lo que sabemos que esto comporta. El vaciamiento procede sobre nuestro capital simbólico, nuestro capital cultural, que es el más valioso de todos, en una deriva en donde peligra la vida. La utilización adrede de la palabra capital en nuestro texto, es en tanto parece ser la única palabra que registra sin alteración este autoritario modo de proceder.
 
Asistimos a un intento permanente de abolir nuestra historia, interpelando a nuestros referentes. Lo que atenta contra la transmisión intergeneracional necesaria y vital en toda cultura y produce como efecto la guachidad.
 
A partir del año 2015 fue notable el modo en que avanzaron en la degradación de la palabra. Impusieron la pos verdad y las fake news en el espacio social, en las redes, en los medios y en la justicia. Denigrando lo cultural. En la actualidad ya no solo se degrada la palabra sino también los actos a ella ligados. Puede decirse cualquier cosa, y también puede hacerse cualquier cosa, sin que nadie sea responsable por eso.
 
¿Cuáles son los efectos que genera la con-fusión a la que nos vemos arrojados? La palabra fusión en el DRAE implica acción y efecto de fundir o fundirse, ubicando como sinónimos: fundición, derretimiento, disolución. En esta operación enloquecedora peligra nuestra constitución subjetiva, nuestra historia, nuestra cultura, peligran nuestros niños/as y adolescentes, peligran nuestros abuelos y también la memoria de nuestros muertos, de quienes padecieron el horror y la crueldad del golpe de Estado cívico militar de 1976 y de quienes dejaron sus vidas en la Guerra de Malvinas de 1982. Nos proponen un estado de con-fusión empujándonos a la disolución, avanza el intento feroz del arrasamiento.
 
¿Qué nos pasa como sociedad en este estado de confusión al que nos empujan? ¿Acaso algunos aún no pueden ver, oír, escuchar, decir…? ¿Se tratará de un mecanismo defensivo frente a tiempos tan difíciles? ¿Cuánto tiempo tendría que transcurrir para que se produzca ese necesario e indispensable despertar de la sociedad, en defensa de su dignidad? ¿Hace falta el surgimiento, o tal vez un posicionamiento, de referentes que orienten y conmuevan a cierta parte de la población? ¿Se trata de un momento de ausencia de referencia?
 
Freud hablaba de malestar en y de la cultura pudiendo dar cuenta de la funcionalidad de esta en el sentido de refrenar, reconducir el empuje pulsional tendiente a la descarga directa (de muerte). Consideramos que estas líneas políticas regresivas que pretenden arrasar con el Estado, sus significantes y sus instituciones, dejan al humano enloquecedora e irremediablemente de cara a lo real (matar o morir), pretendiendo instalar la idea de que quien asesina por la espalda es un héroe y quienes lucharon y luchan por los derechos y por la dignidad del pueblo son los enemigos.
 
Las bases y puntos de partida para “la Libertad” de los y las argentinos/as solo son posibles y legítimas si ubican en su horizonte, ley mediante, la dignidad del sujeto. De lo contrario, se tratará de una Ley que no es la Ley que podemos considerar desde la perspectiva psicoanalítica, en tanto no respeta ningún límite.
Apostamos al intercambio con el otro, espacio que, aunque parezca mínimo produce un recorte ante el todo. Estamos en un momento en que es indispensable tener presente nuestra historia, nuestros orígenes, y al decir de Freud el poderío de la comunidad.
 
¡No nos dejemos confundir! Revaloricemos el encuentro, la conversación y la pregunta, que también es una responsabilidad ética.
 

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