Es común leer en los medios, que a diario ocurren incidentes de tránsito en nuestra ciudad y en las rutas de todo el país, las causas son variadas, problemas en la vía (camino) a lo que en accidentología se denomina “factor vial”, problemas en el sistema mecánico del vehículo, o “factor mecánico”, un error del conductor o “factor humano”, del estudio de las estadísticas surge que de los tres factores el que más casuística tiene es el “factor humano”.

A través del tiempo diferentes investigadores han estudiado esta problemática y han elaborado una serie de recomendaciones obtenidas a través del razonamiento experimental, en este artículo mencionaré algunas, seguramente quienes las pongan en práctica tendrán menos posibilidad de verse involucrados en un incidente de tránsito, ahora bien, que es “conducir a la defensiva”, es, dicho de manera simple “manejar en defensa propia”, tomar la seguridad vehicular en nuestras manos y tratar de dominar lo que está a nuestro alcance, no dejar toda la responsabilidad a los otros o al Estado,  y para ello primero debemos analizar algunos conceptos de nuestro entorno:

¿Existen normas de tránsito? ¿Los conductores siempre respetan estas normas? ¿Existen órganos de control que hagan cumplir realmente y a rajatabla esas reglas? Sean estas control de documentación que avale la idoneidad del conductor, uso de elementos de seguridad en el vehículo (luces, frenos, espejos), uso de protección personal (casco), estado psicofísico del conductor (alcohol o alucinógenos mientras conduce) ¿Hay controles en el camino está en condiciones y correctamente señaletizado? las respuestas la dejaré a consideración del lector conforme su experiencia.

Un accidente es un encadenamiento de sucesos inesperados, impremeditados e indeseados con consecuencias desagradables, intervienen en estos eventos acciones dinámicas, hay cuerpos en movimiento, inercia, fuerzas, tiempo, todos elementos de la física que en muchos casos están fuera de nuestro dominio, es decir, que puedo tal vez controlar una parte, pero no todos.

Dentro de lo que podemos controlar está el factor mecánico, es decir las medidas de seguridad de nuestro vehículo, que el sistema de frenos esté en condiciones, que todas las luces funcionen correctamente, que los vidrios y espejos estén limpios, que no haya elementos en el parabrisas o luneta que impidan la visión, que el cinturón de seguridad funcione eficientemente, que los neumáticos estén en condiciones óptimas, el otro factor que podemos controlar en parte es el factor humano ¿Por qué en parte? Porque podemos controlar lo que hacemos nosotros no lo que hacen otros conductores, como el respeto por las normas de tránsito, uso de los elementos de protección del vehículo, como el cinturón de seguridad o el casco en caso de transitar en moto, bicicleta u otro rodado, sea auto impulsado o por combustible o electricidad, tener en cuenta que el casco para que su protección sea eficiente debe estar certificado y poseer todas sus partes constitutivas en funcionamiento y debe estar colocado en la cabeza.

En estas acciones dinámicas, que implican conducir, tienen un rol importante la “velocidad” el “clima”, “la física (distancia – tiempo – fuerzas - rozamiento)” y los protagonistas (con sus diferentes roles, activos, pasivos, directos, indirectos).

Bien, luego de esta muy breve introducción, vamos a las recomendaciones propiamente dichas, basadas en la casuística y en la experiencia en lo que respecta al Manejo defensivo:

1 – Conducir pensando que los demás usuarios de la vía están distraídos, tienen alguna condición (ceguera, sordera etc) o son imprudentes, esto nos permitirá anticiparnos ante cualquier eventualidad.

2 – Ser consciente de que el vehículo posee puntos ciegos (parantes, apoyacabezas etc) que no permiten ver toda la vía.

3 – Ser conscientes de que el vehículo para detenerse totalmente ante una emergencia necesita entre 10 a 15  metros como mínimo si viaja a una velocidad de 30 km/h. La distancia será mayor si el piso está mojado, helado o con nieve, se producen más incidentes de tránsito los días de lluvia por este motivo.

4 -Intentar hacer contacto visual con los otros usuarios de la vía, esto nos permitirá saber si están atentos al tránsito, si nos vieron, si vieron nuestras señales, se sorprenderán de lo distraído que se conducen quienes manejan los diferentes vehículos o peatones.

5 –Siempre al llegar a una boca calle bajar la velocidad a 25 km/h, o menos, no confiarse en que porque viaja por la mano derecha del otro conductoréste le cederá el paso, no todos respetan las normas de tránsito o están atentos. Mirar en ambos sentidos antes de cruzar la intersección.

6 –En el caso de los peatones si cruzan frente a un auto detenido, antes de terminar de cruzarlo mirar para los dos lados, ya que pueden estar circulando en la misma dirección motos, ciclistas u otros conductores en doble fila, suelen producirse este tipo de incidentes cuando pasan los peatones por delante o detrás de los colectivos al descender e inmediatamente intentar cruzar la calle.

7 – Preocuparse por aprender las normas de tránsito Ley Nacional 24.449 y respetarlas, también la cartelería horizontal como la vertical cuyos manuales se encuentran en internet bajo el título de Manual de Señalamiento Horizontal y Manual de Señalamiento Vertical.

8 –El apuro es contraproducente, piense que lo importante es llegar a destino sin incidentes, si noto que voy apurado ser consciente de ello y bajar la velocidad. Es preferible tardar unos minutos más antes que afrontar los indeseables y onerosos costos de un accidente.

9 - En el caso de los motociclistas, ciclistas, conductores de patines eléctricos o auto-impulsados colocarse el casco correctamente antes de subirá su vehículo, para ellos el estado de la vía se convierte en un desafío adicional. En la cabeza se producen las lesiones con consecuencias más graves.

10- Ser consciente de que las habilidades de manejo disminuyen si bebe alcohol o consume alguna sustancia, los costos económicos por producir un accidente siempre serán muy superiores a los de contratar un trasporte público.

Poner en práctica el manejo defensivo como estilo de conducción beneficiará a todos los usuarios de la vía en nuestras calles y rutas.