El Ministerio de Salud de Río Negro lanzó una campaña para difundir y recordar el derecho de los adolescentes a recibir atención médica sin la necesidad de un adulto acompañante, en el marco de lo que estipula el artículo 26 del Código Civil y Comercial de la Nación.

Concretamente, impulsa el derecho a que la persona menor de edad cuenta con la posibilidad de ejercer sus derechos a través de sus representantes legales. No obstante, la que posee con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le son permitidos por el ordenamiento jurídico.

De esta manera se destaca la importancia de que los adolescentes sepan que tienen el derecho de ser escuchados y respetados en sus consultas médicas, brindando un ambiente seguro y confidencial para que puedan expresar sus inquietudes y necesidades de salud.

Además, esta medida promueve la responsabilidad y el cuidado personal, fomentando hábitos saludables y el involucramiento activo de los jóvenes en su propia atención médica, y a su vez, reconoce la autonomía y el grado de madurez que pueden tener los adolescentes, permitiéndoles ser atendidos como personas adultas y tomar decisiones sobre su propia salud.

La propuesta de la cartera sanitaria, en relación a la salud integral de la adolescencia, consigna que hasta los 13 años “cuando vas al hospital, centro de salud o clínica, tienen que explicarte las prácticas o procedimientos que vayan a realizarte, y si bien necesitás que una personas adulta te acompañe, no pueden negarte la atención si no vas con alguien y necesitás sacarte dudas”.

Otros lineamientos indican que entre 13 y 16 años “tenés derecho a tomar decisiones. No es necesario que un adulto te acompañe. Si el procedimiento implica un riesgo para tu salud, es necesario que una persona adulta de tu confianza te acompañe en esa decisión”. Un tercer enfoque propone que a partir de los 16 años “decidís sobre tu salud y tu cuerpo como una persona adulta”.

Esta iniciativa busca fomentar la autonomía y la confianza en los adolescentes, quienes accederán a servicios de salud para recibir el cuidado y la atención que necesitan sin obstáculos ni barreras innecesarias, con lo cual resulta significativo que la comunidad esté consustanciada con esta normativa y la aplicación de manera adecuada, asegurando que los adolescentes sean tratados como adultos responsables y capaces de tomar decisiones en cuanto a su bienestar.