Weretilneck: “Hay entre 15 y 20 policías comprometidos”

Río Negro-Bariloche. El gobernador Alberto Weretilneck está en Bariloche desde el miércoles abocado en un 100 por ciento al caso del asesinato del oficial Lucas David Muñoz y en diálogo con ANB, envió un mensaje para los policías sospechados, los honestos y la sociedad: “hay entre 15 y 20 policías comprometidos y no vamos a perder un segundo en la investigación. Los que trabajaron en contra van a tener graves problemas, de encubrimiento para arriba van a pagar por todo en la justicia”, afirmó.

“Estoy completamente seguro que vamos a esclarecer el caso y a terminar con estos delitos”, agregó, al tiempo que describió su certeza del accionar policial delictivo.
“Está muy claro que jefes policiales y policías actuaron mal. Hay que comparar con otros casos que afectan a camaradas de la fuerza. Reaccionan enseguida y a veces se pasan, con excesos. Con la desaparición de Lucas fue al revés y todos los que pasaron a disponibilidad actuaron con pasividad por lo menos, o encubriendo o distrayendo los más complicados”, dijo el gobernador.

Advirtió que el pase a disponibilidad en la policía ya es una sanción, porque marca el fin de la carrera, e incluyó en esta trama a los comisarios Adrián Pallalef (sin función hasta ayer) y Carlos Arias (ex director de Seguridad de la provincia), quienes en los últimos diez años manejaron absolutamente la policía de la ciudad, como jefe y subjefe de la Unidad Regional III.

La situación de ambos policías llamó mucho la atención, en especial en ámbitos políticos y periodísticos, justamente por el trabajo que desarrollaron anteriormente en Bariloche, con profesionalismo en tareas investigativas (Pallalef con el caso del violador serial, entre otros importantes casos), y Arias con un buen manejo de relaciones con la comunidad en situaciones muy complejas, como los saqueos o los crímenes de los jóvenes en 2010.

Según fuentes extraoficiales ambos concluyeron esos cargos con prestigio y se esperaba que continúen la carrera con ascensos, pero en los últimos meses comenzaron a participar de una fuerte interna policial, con derivaciones comunitarias graves. Y además, con gran manejo de la policía en Bariloche, no aportaron nada salvo indiferencia.
También resultó llamativa la complicación del comisario Jorge Elizondo, jefe de la Comisaría 42ª en función de buenos antecedentes, aunque con la adulteración del Libro de Guardia en siete páginas, su situación es también complicada.

También el comisario Manuel Poblete, ex segundo jefe de la Regional III, puso en evidencia su responsabilidad con una temprana denuncia penal acusando a su superior, comisario Juan Fernandez, y quedó seriamente involucrado al entregar fotografías de la habitación de Muñoz, obtenidas en un allanamiento ilegal, antes del inicio formal de la investigación, que después desaparecieron.