Ya tiene nuevo concesionario el complejo gastronómico de La Lobería

La comuna capitalina ya dio su beneplácito para entregar a un privado nuevamente la concesión del complejo que debe cubrir prestaciones turísticas en la bajada a la playa de La Lobería.

Comprende la explotación del restaurante, confitería y bar, y servicios de estacionamiento de vehículos en las inmediaciones del salón confitería, de baños públicos (externos al establecimiento) con su respectivo mantenimiento, y de carro elevador (ascenso y descenso de pasajeros transportados).

La licitación pública, no contempló el uso y explotación exclusiva ni excluyente de la bajada de acceso a la playa, ni de ésta última.

El contrato de la concesión del servicio –con la firma Carrasco, que ganó la compulsa de precios- tendrá una duración de cuatro años. Podrá ser prorrogado por acuerdo de las partes dentro de un período que no supere ese lapso.

El canon base de mínimo exigible fue de 15.000 pesos en el marco de compulsa. Se abonará a mes vencido y se actualizará cada 12 meses tomando como parámetro el incremento del índice salarial correspondiente a la categoría 16º del Estatuto y Escalafón del Agente Municipal, Ordenanza Nº 2329.

Es considerado bajo como para promover cierto impulso a la inversión turística, y que se mantenga un servicio durante todo el año.

Una alta fuente municipal explicó a NoticiasNet que la idea del precio del alquiler fue “buscar un canon simbólico porque el fin último del municipio no es buscar la rentabilidad”.

Otra condición es un tope al costo del estacionamiento para que se asemeje al valor de un pasaje en colectivo hacia esa playa.

El puntaje que le dio ganador a Carrasco –sobre Alzueta y Herrero- se colocó en base a las propuestas presentadas.

En el ítem antecedentes estuvieron en juego hasta 25 puntos, solvencia económica-financiera hasta 15, proyecto de negocios hasta 65, servicios gastronómicos hasta 25, otros servicios 10, puestos laborales cinco según la cantidad de cupos que ofrezcan, canon hasta 10, y una propuesta ambiental hasta cinco.

Mientras se produce el traspaso desde la órbita municipal, la comuna entrega el complejo con unos mínimos arreglos de habitabilidad.