La costanera pasó de ser el lugar más concurrido al más vacío

Durante las últimas tardes soleadas en la Comarca fue extraño ver a la costanera vacía, siendo el lugar por excelencia para pasar un momento recreativo.

Con la cuarentena obligatoria, los juegos que estaban agolpados de niños al lado de la Plazoleta del Fundador pasaron a no tener ninguna alma. Lo mismo ocurre de lado a lado del enorme espacio verde que ya no acoge a quienes se juntan a tomar mates entre charlas y charlas.

Como es sabido, tampoco se pueden observar a los atletas que utilizan las veredas de la costa para correr.

Aunque es entendible en estos tiempos, las inéditas postales en la costanera generan una sensación shockeante. Depende de todos cumplir a rajatablas con el aislamiento social y poder recuperar un poco de la normalidad previa a la pandemia.

Por otro lado, será un difícil reto para las autoridades municipales controlar que no se amontonen vecinos en este lugar una vez que se termine el confinamiento.