El abogado de la familia Andrade, Damián Torres, argumentó que los riesgos de fuga de Liliana Padilla Ibáñez "subsisten y se incrementaron", en tanto que manifestó que la mujer que manejaba la camioneta Hilux cuando se produjo la triple muerte en el kilómetro 5 de la Ruta Provincial 250 intentó eludir el accionar de la Justicia.

Al respecto, sostuvo que "no parece razonable" que la defensa considere que la acusada de homicidio culposo "se encontraba en estado de shock", al dejar en claro que el comportamiento que tuvo luego del siniestro vial no fue compatible.

"No estaba en el lugar del accidente y luego apareció en Conesa trasladada por alguien. Tampoco hay controversia cuando llegó el primer testigo de los hechos y Padilla Ibáñez no estaba ahí, ni cuando en el horario de las 22.30 realizó llamadas a su amigo a un policía, ni que al día siguiente se presentó en el legajo un escrito de puño y letra pidiendo el dinero, además de fijar el domicilio en Conesa que mencionó la Fiscalía, ni hay controversia que al día siguiente se la vio cruzando el puente rumbo a Patagones", dijo Torres.

"Lo que estamos haciendo nosotros es intentar decirle a la señora jueza que Padilla Ibáñez se fue del lugar e intentó eludir el accionar de la Justicia, mientras que el doctor Merlo dice que se fue del lugar por miedo y por estar en estado de shock. Nosotros más allá de ser la querella queremos actuar con objetividad, por eso entendemos que allí no aparece razonable esta situación", agregó.

En la medianoche del domingo 17 chocaron una Renault Duster conducida por Fabián Andrade, un empleado legislativo de 50 años, y una Totoya Hilux manejaba por Liliana Padilla Ibáñez, una mendocina de 38 años que se dedica al comercio de plantación de cebollas.

"El estado de shock es una respuesta psicológica en la cual una persona queda paralizada como consecuencia de un suceso abrupto. El comportamiento de la señora Padilla Ibáñez no es compatible con un estado de shock, sobre todo por la reacción inicial, porque pudo hacer llamadas telefónicas con un grado de reflexibilidad, sabiendo a quien estaba llamando y lo que pedía hacer", explicó.

El Ministerio Público Fiscal formuló cargos a Liliana Padilla Ibáñez por considerar que fue quien conducía el vehículo que causó el siniestro vial en el que fallecieron tres personas. La mujer permanecerá en prisión preventiva por el término de cuatro meses.

"Tuvo tiempo de ir a Conesa y pensar una estrategia de ocultar lo evidente e incluso tuvo la capacidad de razonar y dar la camioneta como robada y al día siguiente elaboró un escrito reclamando una suma de dinero que estaban supuestamente en el vehículo", agregó el abogado defensor que ejerce la querella junto a Claudia Pichiñan.

Padilla Ibáñez conducía una Toyota en dirección a General Conesa cuando chocó con la Renault Duster en la que viajaban hacia Viedma, Fabián Andrade, empleado legislativo que resultó ileso y sus tres acompañantes perdieron la vida. Su madre Martha Andrade, de 75 años, y su hijo Juan Cruz murieron en la ruta. Mientras que su otro hijo, el pequeño Tomás de 11 años murió un día después en el hospital Artémides Zatti.

"Sin dudas que pudo pensar en irse, esconderse y retirarse. A medida que van pasando las audiencias la defensa va cambiando sus argumentos y ahora habló de un cierto temor por el señor Andrade, por eso creemos que es desagradable decir que tiene que estar imputado en esta causa. Obviamente que sabemos que no fue con intención, pero esa misma falta de humanidad que se pudo notar en Padilla Ibáñez se está viendo en esta audiencia", finalizó.

Las partes que conforman la acusación expusieron sus argumentos para sostener la necesidad de la prisión preventiva por el mismo tiempo de la investigación aludiendo a la presencia de los riesgos de fuga y entorpecimiento de la investigación. La defensa en tanto se opuso a la misma y pidió la libertad de su asistida. La Magistrada determinó en este sentido aplicar la medida cautelar más gravosa por el término de cuatro meses. 

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