Una de las tareas habituales de los obreros que revistan en la subsecretaría de El Cóndor y Costa Atlántica en el comienzo de temporada es, entre otras cosas, despejar la arena que neutraliza el ingreso de pescadores a la playa de la desembocadura del río Negro.

Sin embargo, si el repaso no es periódico, la madre naturaleza se encarga de extenderse hasta dónde pueda, y en los últimos días, el estacionamiento en El Pescadero quedó estrecho y resulta inaccesible en algunos casos puntuales de familias numerosas.

En menor medida, las últimas cuadras de la avenida costanera muy cerca de la bajada del Faro Río Negro, viven virtualmente cubiertas, y si bien existe un diagrama de trabajo, se puede observar a ciencia cierta cómo las voladuras se encargan de tapar las calles.

Existen otros puntos de la costa atlántica que han ganado la lucha contra los médanos. Por caso a raíz de las experiencias exitosas en la costa bonaerense de Héctor Manuel Guerrero en Cariló y de Carlos Gesell en la Villa que lleva su nombre, se llegó a un método de fijación de médanos que se usó en todos los balnearios de esa zona marítima y que fue el recomendado por Sánchez Aizcorbe para Valeria del Mar.

El método consiste en plantar primero esparto, un pasto de la zona que se encuentra en grandes cantidades en la parte baja de los médanos, donde hay humedad y a veces se forman lagunas. Es una gramínea (Stipa tenacissima) alta y seca, con hojas de unos 60 centímetros de alto, que salen de las raíces y se arrollan sobre sí formando tubos, parecidos a los de los juncos. La planta no es decorativa, pero es muy resistente y cuando prende fija bien la arena.

Estas plantaciones se protegen del viento con lo que llaman enquinchados, áreas de 10 metros cuadrados rodeadas de paredes bajas hechas con el mismo esparto y en una etapa más avanzada con ramas traídas desde la tierra firme. El enquinchado evita que los movimientos de la arena tapen a las plantas.

Si bien se pueden adoptar estos métodos, no es necesario ir tan lejos. Años atrás, a través de un proyecto de extensión de la Sede Atlántica de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) se puso en marcha una iniciativa en Bahía Creek con el propósito de fijar dunas.

Consistió en una tarea fácil. En toda esta región atlántica abunda un planta de entre 30 y unos 50 centímetros de altura llamada olivillo. Donde había en demasía, los impulsores del proyecto fueron retirando las plantas desde la raíz y trasladadas a la zona a cubrir trazando una “invasión hacia la duna” en una forma de triángulo.

Existe otro procedimiento que hasta ahora a nadie se le encendió la lámpara en El Cóndor. Las tareas de construcción de viviendas en terrenos baldíos tiene un ritmo constante. Casi todos estos predios está cubiertos por una planta rastrera –exótica- llamada vulgarmente “una león”. Prende en todos lados, sin embargo cuando se limpia un terreno se desecha cuando en realidad bien podría encararse alguna experiencia para fijar médanos.