12/05/2023

Todos culpables: los jueces dictaron que los cuatro instructores de Mandagaray fueron responsables de su muerte

Alejandro Gattoni, Alfredo Nahuelcheo, Marcelo Contreras y Maximiliano Vitali Méndez tuvieron una decisión contraria a lo que esperaban, más allá del esfuerzo de culparse unos con otros.

Todos culpables: los jueces dictaron que los cuatro instructores de Mandagaray fueron responsables de su muerte
Fotos Vanesa Schwemmler. La emoción de los papás tras la sentencia.
Fotos Vanesa Schwemmler. La emoción de los papás tras la sentencia.

Finalmente, el tribunal compuesto por los jueces Carlos Reussi, Ignacio Gandolfi y Marcelo Álvarez declaró la culpabilidad de los cuatro instructores que debían controlar el curso COER donde murió Gabriel Mandagaray, el 15 de abril de 2021.

Los condenados son Alejandro Gattoni, quien era jefe del grupo de elite, Alfredo Nahuelcheo, Marcelo Contreras y Maximiliano Vitali Méndez.

Todos fueron condenados por unanimidad como coautores de abuso de autoridad y del homicidio culposo de Mandagaray.

Asimismo, Contreras fue declarado responsable del delito de lesiones leves, por fracturar el coxis del agente Esteban Lagos Millapán. 

Ahora habrá que esperar cinco días hábiles para la audiencia de cesura, donde se conocerán las penas.

El juicio oral y público comenzó el martes 2 de mayo y se extendió durante varias jornadas.

Los magistrados enumeraron que para arribar a esta decisión, evaluaron con detenimiento cada uno de los testimonios de los testigos, los peritos, la reconstrucción de los hechos, las indagatorias y los alegatos. 

Reussi expuso que el curso fue ejecutado "de modo contrario a lo planificado" y "que hubo conductas contrarias a la dignidad humana de los cursantes", por lo que se constató un abuso de autoridad de todos los imputados. 

Apenas conocido el veredicto, la familia Mandagaray desbordó en emoción, ya que era el veredicto esperado, después de dos dolorosos años desde aquella fatalidad.

El hecho

Cabe recordar que los entrenamientos fueron entre los días 12 y 15 de abril de 2021.  El mismo comenzó a 40 kilómetros de Bahía Creek, donde los instructores y el coordinador hicieron ingresar a los cursantes en un estanque de agua para luego iniciar la caminata hasta dicha playa en la que acamparon hasta el día siguiente.

En ese tiempo los sometieron a un “excesivo desgaste físico y psicológico, desproporcionado con el curso que se desarrollaba, que generó en ellos heridas en pies y manos y complicaciones psicológicas, todo en un contexto de escasa alimentación e hidratación; sin suficiente descanso diurno y nocturno, sin controles y/o asistencia médica en el lugar, sin medios de comunicación adecuados, sin ambulancia o equipos de primeros auxilios adecuados, y obligándolos a soportar prácticas humillantes tales como orinarlos, colocarse máscaras de excremento de animal sobre sus rostros y hacerlos ingresar al mar a altas horas de la madrugada, en plena oscuridad y sin ninguna medidas de seguridad y completamente desnudos para hacerlos caminar durante la noche en esas condiciones”.

Inobservaron así leyes y reglamentos que los rigen, como la Resolución 2748, la Ley Orgánica de la Policía, el Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el artículo 16 de la Constitución de la Provincia de Río Negro.

El segundo de los hechos imputados está fechado el 15 de abril, entre las 15 y las 18 horas cuando, en el marco de un entrenamiento y ante la presencia del coordinador que no manifestó objeciones, los instructores hicieron ingresar al mar - hasta una distancia donde no hacían pie - a Mandagaray junto a dos compañeros con el uniforme policial completo, incluido los borceguíes, todas las armas reglamentarias sin chalecos salvavidas y/o torpedos, sin lanchas de apoyo, sin la previsión y asistencia de guardavidas y sin el control de personal de Prefectura Naval y/o cualquier otra medida de seguridad, y en el contexto de desgaste y cansancio físico y psicológico en el que se encontraban los cursantes producto de las exigencias de los días anteriores.

Previamente Mandagaray había manifestado que "no sabía nadar", aviso al que no hicieron caso instándolos a ingresar llevando entre los tres un tronco de 2 metros de largo aproximadamente lo que dificultó (sumado a las condiciones climáticas y de la marea) que pudieran salir del mar a la vez que pedían ayuda. Dos de ellos pudieron ser auxiliados por sus compañeros (que se encontraban en la orilla esperando su turno), mientras que Mandagaray, no pudo salir del agua, se hundió y luego de una hora fue expulsado por el mar, sin vida, a unos 200 metros del lugar donde habían ingresado.

Con este accionar los imputados causaron la muerte de Gabriel Mandagaray como consecuencia de asfixia por sumersión.

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