18/03/2023

Conocé cómo fue la historia y la evolución de la Criminalística

Desde las pruebas de "Dios" y hasta las torturas, muchos siglos antes ya se imploraba la necesidad de esta disciplina para llegar a un buen juicio.

Conocé cómo fue la historia y la evolución de la Criminalística

Por el Licenciado en Criminalística Walter Ángel Muñoz

Instagram @waltermunozsevilla

La búsqueda de la verdad ha llevado al hombre a intentar distintos modos de obtenerla, alrededor del mundo se coincidieron en algunos, al principio confiaron en el poder divino, a lo que se denominó en Occidente “El juicio de Dios u Ordalías”.

Se trataba de demostraciones que se les hacía cumplir a los acusados, si las superaban significaba que “Dios” indicaba que esa persona era inocente, por el contrario si no las superaban, era culpable: esas pruebas que debían realizar eran variadas. Por ejemplo, transportar un hierro candente a una distancia determinada, si en las manos del acusado aparecían llagas significaba que era culpable y si no aparecían era porque Dios indicaba que esa persona era inocente.

”El duelo” era otra de estas demostraciones muy usadas en esos tiempos, estas medidas se utilizaron aproximadamente hasta la segunda mitad del siglo XII, momento en que fueron perdiendo credibilidad en las poblaciones y se buscaron otros métodos para conocer la verdad.

Luego se pasó a lo que se conoce como “Confesión". Este método se utilizó en parte de Asia y de Europa, ante un jurado público se le señalaban los cargos al acusado y este podía aceptar o negar los cargos, si los aceptaba se le aplicaba la pena establecida para la falta de la cual se lo acusaba e incluso se le reducía en algunos casos. El problema surgía cuando no aceptaba los cargos, muchas veces se recurría a medidas crueles para lograr la confesión y se comenzaron a aplicar torturas, las más usadas eran los confinamientos en espacios oscuros, húmedos, fríos, sucios, otros consistían en provocar asfixias con agua, o aplastar partes del cuerpo hasta que el acusado confiese que era culpable, estos métodos inhumanos de obtención de la verdad se mantuvieron durante mucho tiempo.

La confesión comenzó a convivir con una nueva forma a la que se denominó “Declaración Testimonial”, siempre en el afán de obtener la verdad, el problema es que el “testimonio” como única herramienta de análisis, llevó a muchos errores judiciales por cuanto los testigos no siempre son de buena fe o muchas veces, cuando lo son, pueden estar equivocados en lo que les pareció percibir por sus sentidos, o pueden estar amenazados o influenciados para exponer un testimonio de tal o cual modo.

Luego, los juristas comenzaron a apoyarse en los “Peritos”. Estos son personas que poseen expertiz o estudios en determinada materia o rama de la ciencia, al principio los conocimientos los obtenían a través de la experiencia, conocimientos empíricos. Se destacaron los versados en las áreas de estudio de la anatomía humana, la medicina, en las armas, en las características morfológicas de las impresiones digitales o del cuerpo, en la botánica. Estudios históricos indican que ya en la China, en la Dinastía Tang se utilizaban las impresiones digitales sobre placas de madera para autenticar documentos. Jan Evangelista Purkinge, austriaco, publicó una tesis que reconocía nueve grupos de configuraciones principales de huellas dactilares en 1823.

El Juez Hans Gross, nacido en Graz, Austria, que es considerado El Padre de la Criminalística,  escribe en 1893 el libro “El Manual del Juez para uso de los Jueces de Instrucción y Municipales", traducido al español por Máximo de Arredondo.  Este libro contiene por primera vez la palabra “Criminalística” y en la traducción de De Arredondo se puede leer en la página 15 que dice “… es indispensable que las dos personalidades, del Juez y del Perito se compenetren de tal suerte, que el uno suministre al otro los conocimientos de que carezca, así la investigación ha de llegar a feliz término…”, además crea el “Real e Imperial Instituto de Criminalística” en 1912.

De este modo, entra la aplicación del método científico que ya era propuesto por Aristóteles como medio para llegar al conocimiento. Los filósofos e investigadores coincidían en que se necesitaba seguir ciertas reglas universales de la ciencia, y que esas reglas debían ser aceptadas por la comunidad científica a través de la repetición de los ensayos en iguales condiciones y el análisis de los resultados, los juristas se apoyan en él, empieza a predominar el criterio jurídico y el criterio técnico policial con sus diferentes  denominaciones, policía técnica, policía científica, policiología, policía judicial científica, criminalística, pero con un objetivo común que es encontrar la verdad objetiva a través del estudio científico y metodológico del sitio del suceso y de los indicios.

Alfphonse Bertillón, francés, en 1882 crea el servicio de  identificación policial y el sistema antropométrico, que era una técnica de identificación de criminales basada en la medición de varias partes del cuerpo y la cabeza, marcas individuales, tatuajes, cicatrices y características personales del sospechoso. Dicho sistema se difundió rápidamente, sin embargo no era exacto y precisaba equipos y personas específicos para realizar las mediciones. Cae en desuso cuando encuentran a dos personas con el mismo patrón de medidas del cuerpo y tildan al sistema antropométrico de inexacto o pseudociencia.

Bertillón en su defensa expresaba que “…la antropometría es un mecanismo de eliminación; demuestra ante todo la no identidad, mientras que la identidad directa está probada exclusivamente por las señales particulares que, únicamente pueden producir la certidumbre jurídica…”. Crea además un sistema de Retrato Hablado para registrar en una ficha las características morfológica de la cara de las personas, con detalles de la forma de la frente, los ojos, nariz, orejas, cejas, mentón, indicándose incluso color de pelo, barba y demás detalles que hacen a la fisonomía del rostro.

Hacia el año 1888, Sir Francis Galton, del Reino Unido,  gracias a la colección de impresiones dactilares que Herschel le envió, establece 42 tipos patrones de impresiones dactilares con el fin de encuadrar los diseños digitales; logra la clasificación dactiloscópica de los dedos índice y pulgar, pero como complemento del sistema antropométrico de Bertillón; establece un procedimiento para el contaje de líneas digitales (se lo denomina “línea de Galton”).

De esta manera, fija los principios científicos fundamentales que hacen a los postulados papiloscópicos. En su libro “Finger Prints” expone todas sus experiencias y resultados sobre su técnica identificativa dactiloscópica.

Un gran aporte a la Criminalística lo hace Edmond Locard, quien funda hacia 1910 el Laboratorio de Criminalística de Lyon, Francia, y enuncia uno de los principios de la Criminalística, el Principio de Intercambio, que dice: … los restos microscópicos que cubren nuestra ropa y nuestros cuerpos son testigos mudos, seguros y fieles, de nuestros movimientos y de nuestros encuentros…”

Hoy en día, se enuncia de diferentes modos siendo uno de los más conocidos el siguiente: “Todo ser o cosa que entra en contacto con otra produce una transferencia de materia del primero hacia el segundo y viceversa”. Los avances de la Criminalística en el mundo se aceleran llegando a nuestro país, lo cual será tratado en la próxima entrega.

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