Salieron a la luz datos curiosos sobre la Fiesta Nacional de Mar y del Acampante en el balneario El Cóndor.  Cuenta la tradición que en los orígenes del siglo XX, muchos de los pobladores de la zona organizaban kermeses barriales durante el verano.

La costumbre creció y entre las décadas del '40 y '50, se comenzó a celebrar la “Fiesta de inauguración”. Allí se reunían las autoridades locales, vecinos y hasta el Obispo de turno, quien se acercaba a la orilla para bendecir las aguas. También se competía por el premio a la mejor carpa.

Con el paso del tiempo, en los años ‘70, por iniciativa de los vecinos, se cambió el nombre de la celebración por cómo se la conoce hoy: “Fiesta del Mar y el Acampante”. En ese entonces se extendía por una semana. Actualmente se lleva a cabo durante un fin de semana pero convocando a distintos artistas de nivel y con propuestas para todos los gustos. En 1991 fue declarada de interés municipal y en 2007 de interés nacional. Hoy forma parte del programa Festejar del Ministerio de Cultura de la Nación.

Una tesis ("Los acontecimientos programados como recursos turísticos") elaborada para la Licenciatura en Turismo de la Universidad Nacional del Sur (UNS), por el estudiante Federico Rosemblat, aporta datos.

Indica en su investigación que “tiene sus orígenes en la década de 1940 y su nombre se debe esencialmente al mar y a los visitantes en esos tiempos, es decir, los acampantes, quienes llegaban a El Cóndor y se establecían de modo temporal en un sitio despoblado, por lo general cerca de las orillas del mar, pernoctando en una carpa o tienda improvisada”.

Sin embargo, algunos memoriosos pusieron el acento en destacar algunas pequeñas historias ocultas de la celebración que comenzó en el verano de 1974. Por entonces se montó el escenario en inmediaciones de la rotonda de la calle 69, y tuvo su debut estelar. Muchos que no pudieron asistir escucharon el acontecimiento por LU 15 Radio Viedma y fue retransmitida por Radio Belgrano de Buenos Aires. El maestro de ceremonia de la primera edición fue Héctor Célis, conocido conductor de “Pinceladas en la mañana” que emitía la que es considerada como radio de bandera de la ciudad.

Hay otras grageas. La celebración atravesó las etapas políticas que vivió el país. Se inició en democracia en 1974 con Mario Franco en la gobernación rionegrina, y hasta el retorno, también hubo que atravesar el trago amargo de la dictadura militar con algunos iluminados.

Entre ellas, un funcionario dictatorial de la gobernación rionegrina, a quien un grupo de vecinos fue a pedir apoyo, salió con una ocurrencia que sorprendió a más de uno en esa reunión. El sujeto, como tenía vinculación con la Armada y la base aeronaval Comandante Espora, les propuso como atractivo colocar unos blancos en el mar y que aviones de esa base apunten desde el aire para tratar de destruirlos. Obviamente, los sorprendidos organizadores optaron por rechazar la oferta.

Durante años, la fiesta se hizo con mucho esfuerzo. Para financiarla una de las comisiones encargadas decidió en décadas pasadas solventar los gastos cobrando entrada a los automovilistas en el ingreso de la calle 69. Como la casilla de “peaje” fue instalada después de una calle perpendicular a la mencionada arteria, algunos vivos tomaban el atajo para no pagar.