El recluso Juan Manuel Fernández, quien se encuentra internado en el Hospital Artémides Zatti, expresó públicamente su reclamo de prisión domiciliaria para afrontar la condena por Homicidio y fundamentó su pedido en su estado de salud y en la falta de higiene de la Unidad Penal 1 de Viedma.

En octubre de 2017, la Sala B de la Cámara en lo Criminal de Viedma condenó a prisión perpetua a Juan Manuel Fernández y a Gonzalo Javier Díaz por el delito de homicidio doblemente agravado, y cuya víctima fue el joven Eduardo Carnero. Ocurrió el 18 de abril de 2014 en un departamento ubicado en Belgrano al 400, en pleno centro de esta capital.

Fernández denuncia que en la Unidad Penal fue mal atendido por el área de Enfermería, sufrió una infección por una bacteria y que ahora corre riego de la amputación de una pierna.

Pedido

Al referirse a su planteo y en particular a su actual estado de salud, Fernández comentó que “mí problema del pie empezó en una comunidad terapéutica en el 2017, jugando al fútbol me quebré el tobillo y no fui asistido correctamente”.

Agregó que  fines de 2018 “me trasladaron a Viedma y ahí se empezó a tramitar para mí operación. Llegó la pandemia y me terminan operando cuando me queda firme la sentencia, el 7 del septiembre del 2022”.

Contó que el 23 del mismo mes “me operaron y al otro día me dieron el alta, y desde ese momento vengo sufriendo abandono de persona desde el área Enfermería y del Servicio Penitenciario N° 1.

La primera infección fue la "enterobacter cloacae (bacilo que causa infecciones nosocomiales, urinarias, pulmonares, bacteriemia asociada a catéteres, también se ha encontrado en contaminación de perfusiones y/ó preparados de comida para lactantes y en infecciones de la herida quirúrgica". Infección contraída en el penal porqué no están dadas las condiciones para rehabilitarse”. Según explicó, “estuve meses sin que me lleven al kinesiólogo”.

Además, denunció que producto de la infección que tenía "pido que se me atienda. Voy a el área de Enfermería para curaciones y una enfermera me hace el tratamiento infectando la gaza que me coloca en el pie".

En este punto, explicó que "la enfermera apoyó la gaza sobre la camilla y luego la puso sobre mí herida, para esto me decían que no había infección, y así reiteradas veces  tuve que ser sometido a quirófano y hasta el día de hoy estoy con infección en el hueso, tengo osteomielitis aguda”.

A raíz de esta situación “si me llevan de nuevo al penal corro el riesgo de una amputación de pie, debido a que siempre tuve infección y nunca se curó”.

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Por esta razón “pido estar internado en el hospital hasta que no tenga infección para luego ser sometido a otra intervención. Una vez recuperado pido ir al domicilio de mí hermana para hacer la rehabilitación en un lugar higiénico”.

Según afirmó Fernández, producto de su estado de salud y de la infección, “no tenía circulación sanguínea en el pie”.

Penal

En cuanto a la situación dentro del penal, Fernández afirmó que “convivimos con ratas y cucarachas. Me baño en un escusado sin las condiciones higienicas necesarias”.

Además, denunció que “ni el penal, anexos y alcaldía están en condiciones para afrontar mi recuperación” anunciando que este miércoles tiene audiencia con la Justicia y el área de Enfermería del Penal por este tema.