El mes pasado se destapó una gran olla a presión que dejó como saldo a varias familias de Viedma con la ilusión de la casa propia por el piso. Esto lo vivieron aquellos que apostaron por las casas prefabricadas de la empresa AZ Construcciones, que hasta hace un mes funcionaba en la calle Rivadavia, frente del Hospital Zatti.

Hoy el local está vacío, no quedaron ni los carteles, y en los teléfonos de contacto, en los que antes atendían muy amablemente captando clientes, están apagados. Esto llevó a que los reclamos se multipliquen y que en las oficinas de Defensa al Consumidor no den a basto con la cantidad de quejas que llegan a diario.

A raíz de una publicación de este medio, en que le se informa que una mujer demandó a la constructora en cuestión, muchos se enteraron de lo que está sucediendo. Sin ir más lejos, una mujer se comunicó con NoticiasNet para contar su experiencia, que comenzó allá por 2020, en plena pandemia. El de ella es tan sólo un caso de miles en la región.

“Empezamos a pagar la casa en cuotas y en ese entonces le planteamos al vendedor lo de las estafas, pero nos dijo que nos quedemos tranquilos, que era una empresa seria… cuestión que empezamos a pagar, pagar y pagar, y hace unos meses vimos una denuncia que salió, por eso fuimos al local y la respuesta sobre ese caso fue: ‘No, tuvimos un problema con los albañiles, que se robaron los materiales y por eso no le pudimos hacer la casa’”, comenzó.

En plena época del coronavirus el manejo de dinero disminuyó considerablemente. Se agilizó la manera de hacerlo de manera electrónica para evitar contactos estrechos, pero en esta empresa pasó todo lo contrario. Le dijimos de transferirle el dinero, pero la respuesta fue: ‘No, porque no aceptamos transferencias bancarias, solamente plata en mano’. Eso nos empezó a hacer ruido, pero estábamos en pandemia y dijimos de seguir pagando, queríamos nuestra casa”.

Hace unos meses comenzaron las sospechas -una vez más- y esto llegó a esta familia, que quiso averiguar con los protagonistas de la cuestión. “Pasó y otra vez, a través del boca en boca empezamos a escuchar lo de las estafas, al mismo tiempo, para pagar la cuota –estoy hablando del mes pasado- había que llamarlo varias veces, no contestaba el teléfono. Le dijimos lo que estábamos escuchando y nos respondió que la gente habla por hablar, que nos quedemos tranquilos que estaban resolviendo”, enfatizó. 

Ya refiriéndose a este último tiempo, comentó: “Fuimos antes de las vacaciones de invierno a pagar y el local estaba cerrado, durante vacaciones estuvo cerrado y ahora sigue cerrado. Sacaron el cartel y no nos atienden el teléfono. No tenemos manera de buscarlos. Cuando vimos lo que ustedes publicaron de un caso igual, nos quisimos matar”.

“Hicimos una investigación y nos enteramos de otros reclamos, y de que ya se fueron. A raíz de esto hicimos la denuncia en Defensa al Consumidor, nos dijeron que van a cursar la denuncia y que tienen un centenar de denuncias de gente de Viedma, sólo de Viedma, denunciando a la misma empresa”.

Por último, con su angustia a cuesta, comentó: “Nuestro reclamo es para que nos devuelvan todo lo invertido desde 2020. Jugaron con nuestra ilusión. Nosotros la necesitábamos para ahora a la casa, porque nos tenemos que ir de donde estábamos, sino, en vez de invertir en una prefabricada, hubiéramos invertido en materiales. Es una locura estar viviendo esto. Ahora vamos a tener que pagar abogados para poder recuperar lo pagado desde 2020, es una locura”.