06/04/2021

Dos sobrevivientes de la Masacre de Patagones revivieron el horror en un film

Se tratan de Rodrigo Torres y Pablo Saldías, quienes protagonizaron una película premiada por BAFICI.

Dos sobrevivientes de la Masacre de Patagones revivieron el horror en un film

La película Implosión, protagonizada por dos víctimas de Juniors, el adolescente que una mañana de 2004 llegó a su escuela y disparó contra sus compañeros -dejando tres muertos y cinco heridos- ganó el Gran Premio del Jurado del BAFICI. 

Infobae habló con Rodrigo Torres y Pablo Saldías, quienes estuvieron en aquella aula que se convirtió en un infierno y manifestaron: “El deseo de encontrar a Juniors está latente”.

“La masacre de Carmen de Patagones” cuyo autor, Rafael Juniors Solich, fue declarado, por la edad, inimputable. Un mes después cumpliría 16 años en un instituto de menores que, al llegar a los 18 años, cambiaría por una estadía en una clínica psiquiátrica. Las pericias psicológicas mostraron que Juniors carecía de la más mínima capacidad empática y se registraba ausencia de sentimientos de culpabilidad. Su padre, el prefecto Rafael Solich, fue sindicado como maltratador de su hijo. El domicilio de Juniors permanece bajo reserva por orden de la justicia.

En el piso del aula, muertos, habían quedado Evangelina Miranda, Sandra Núñez y Federico Ponce. Nicolás Leonardi, Natalia Salomón, Cintia Casasola, Rodrigo Torres y Pablo Saldías tenían heridas de bala de distinta gravedad. Tenían 15 y 16 años.

Sobre esta base el director Javier Van Der Coulter filmó la película Implosión, que acaba de ganar el gran premio en la Competencia Argentina del BAFICI, protagonizada por Rodrigo Torres y Pablo Saldías, es decir, dos heridos en la masacre. El film es una ficción, pero no evita trazar su hoja de ruta a partir de la masacre. Por caso, el núcleo narrativo del film se centra en la búsqueda del tirador por parte de estas dos víctimas y se convierte así en una road movie que inicia su trayecto en Carmen de Patagones (ciudad de la que es oriundo el director Van Der Coulter) y culmina en Ensenada, en las afueras de La Plata. Infobae habló con Rodrigo Torres y Pablo Saldías, actores y sobrevivientes sobre la masacre y la película.

–Hay una frontera muy débil entre la ficción y la realidad en este film, que debe remover un hecho trágico. Cuando les proponen la película, ¿cómo reaccionaron? ¿Cuánto tiempo tardaron en aceptar este rol?

Rodrigo Torres: –Bueno, la verdad que esto es un proyecto de hace cinco años, cuando Javier vino a la ciudad a proponérnoslo, hace un montón de tiempo. La primera vez nos sentamos y él me tiró un abanico amplio de posibilidades, porque en ese momento no se sabía por dónde íbamos a salir, si era tipo un documental o no. Él primero nos estaba conociendo, y fue buscando un poquito en nosotros también el futuro, en qué se podía basar. Y cuando me lo propuso le dije: “La exposición es muy grande acá”, pueblo chico infierno grande. Acá hemos sido a veces injustamente criticados sin saber cómo venía la mano. Y ahora que se estrena la película, me da miedo por cómo la gente puede tomarla. Por eso a Javier le pedí: “Mirá, yo no soy actor, ni quiero hacerme la estrella ni nada por el estilo. Necesito pensarlo porque el proyecto es grande y tengo que estar preparado de todas las formas para cuando venga”. Entonces pasaron dos semanas y lo charlamos con mi madre, con un amigo y con la almohada básicamente. Y acepté.

Pablo Saldías: –El punto de partida fue la propuesta que nos hizo Javier hace varios años, más o menos en 2015. Nos dijo que quería hacer una película de ficción que trascurriera en la actualidad y con nosotros como protagonistas, haciendo hincapié en lo que pasó en la realidad. Era todavía un boceto, pero era diferente a la nota de siempre y tenía una mirada que partía de nosotros, de lo que nos pasó. Y lo más interesante es que construimos personajes de amor con características nuestras, pero que no tienen los mismos objetivos, sentimientos e ideas que nosotros. Cada personaje tiene una construcción y un proceso como el de muchos actores. Pudimos alejarnos del momento doloroso para poder tener otra perspectiva de lo que nos pasa a nosotros. Obviamente siempre estamos frente a lo que pasó con nuestra vida y convivimos con ese pasado, pero con la distancia del paso del tiempo. La película llamó a repasar ese pasado pero con una mirada nueva.

-En la película los protagonistas se embarcan en una búsqueda del tirador para realizar un encuentro. ¿Alguna vez tuvieron ese impulso?

En 2005, un año después de la tragedia, se reencontraron los sobrevivientes: Rodrigo Torres y Pablo Saldías, en el medio. A la izquierda, Nicolás Lonardi, a la derecha, Natalia Salomón. Foto Archivo Clarín

P.S.: –Mirá, no me pasó nunca tener esa inquietud. Sí me preocupé por estar mejor y gracias al hospital, a mi familia, a mis amigos y a mi novia siempre fui por un buen camino... Esperemos que al llevar esta historia al cine, con esta mirada que propone nuevas preguntas y nuevas reflexiones, sea un modo de que no se olvide. Hablar de las cosas muchas veces sirve para que no vuelvan a suceder. Digamos que la película aporta una herramienta más de reflexión para que eso que pasó se vea. También es importante entender que esto lo hicimos para sumar una experiencia positiva.

R.T.: Yo no escondo jamás, ni escondí, ni negué el deseo de poder encontrarme con Juniors. Está latente, aún más con esto. Después de lo que pasó no lo vi más, pero sí está mi deseo de poder verlo. Por lo menos desde mi parte, ¿viste? Qué sé yo... Soy hijo único de mamá soltera y la verdad que siempre digo que tuve la suerte de tener un plato de comida en la mesa, de que mi vieja me tuviera paciencia a la hora de hacer las tareas, de que me llevara a la escuela, de que siempre de diera un peso para que yo llevara a la escuela y tuviera para el alfajor, siempre tuve la pelota de fútbol que quise... O sea, nunca me faltó nada y mucho menos amor y contención. Yo no me puedo quejar. Y desde ahí me paro y digo que yo no sé cómo ha vivido este chico, cómo ha vivido su infancia, no me puedo poner a juzgar ni criticarlo. El factor tiempo está y tal vez lleve un tiempo procesarlo pero bueno... tal vez.
 

–En el momento de la masacre se dijo que había sido una reacción contra el bullying al que se sometía a Juniors...

R.T.: –A mí me cuesta mucho leer las entrevistas y ver los comentarios de gente que todavía no toma conciencia de lo que puede llegar a ser, entonces me jode un montón, pero la verdad es que no hubo bullying. Creo que es necesario poder tener paciencia y aclarar a la hora de decir que no hubo bullying, pero me cansa. Si quieren buscarle una explicación y tener de víctima al victimario está perfecto, o pueden pensar lo que quieran, pero no hubo bullying…

–Hay una escena en la que se produce una catarsis de los sobrevivientes. ¿Cómo la llevaron adelante?

Una imagen de Rafael Juniors Solich publicada por la revista Gente en 2014, a 10 años de la masacre.

P.S.: –Esa escena fue un momento fuerte, un momento muy importante donde conectamos de una manera muy natural con Rodri. Desde ya no es algo que me pase en la vida habitualmente, pero lo hice muy cómodo y muy contenido para poder soltarme de esa forma. Sucedió y fue algo muy aliviador, muy lindo también, me sentí bien ahí y me solté.

R.T.: –Cada vez que llegábamos al lugar donde se filmaba, teníamos las escenas del día en unas carpetitas, la leímos y antes de iniciarla arrancamos por fuera el diálogo. Pero cada vez que llegábamos ahí como que no avanzábamos, ¿viste? No avanzábamos. Esa escena la filmamos después de estar dos semanas en La Plata y a una semana de que sea un aniversario del 28 de septiembre (N.deR.: fecha de la masacre). Estaba todo a flor de piel, lejos de la familia, a una semana del aniversario, entonces el director dijo: “Bueno, vamos a hacer esto, llegamos hasta acá, y después que fluya”. Y así fue. No nos pudimos contener. Javi te puede decir: fue una escena de quince minutos en la que no volaba una mosca, yo sentí un silencio increíble y eso fue todo.

–La película ganó en el BAFICI y seguramente se exhibirá en Carmen de Patagones. ¿Qué reacción esperan por parte del público cuando el hecho allí es muy cercano para la sociedad? ¿Cómo les parece que van a tomar esta película?

R.T.: –Yo espero que la sociedad no juzgue nuestro accionar, sino que disfrute la película, que disfrute nuestro estar bien. Porque gracias a Dios hoy estamos acá pero tenemos compañeros que lamentablemente no están. Pablo y yo hicimos la peli y estamos bien, felices, hicimos algo muy lindo y estaría muy bueno que la gente se pusiera contenta por nosotros y por todos. Yo quiero verla con ellos, disfrutarla con ellos y que sea bastante familiar. Esa es mi deseo, es lo que yo espero.

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