Peligro latente: las avispas amarillas siguen en la costa y conviven con niños jugando
Después de haber picado a un nene de siete años, quien acabó en la guardia del hospital.
El sábado pasado, un niño de siete años tuvo que asistir a la guardia del hospital Zatti por varias picaduras de avispas chaqueta amarilla, en la costanera de Viedma. Fue justo a metros de la sala de juegos cerca de la Plazoleta.
Un especialista fumigó el sector y encintaron la zona para prevención.
Sin embargo, a dos días del hecho las avispas siguen en el mismo lugar y ya no hay ninguna faja de advertencia.
Incluso, muchos niños continúan jugando en el mismo sector, tal como se ve en la foto que acompaña a esta nota.
Las chaquetas amarillas son depredadoras y carroñeras, con una dieta oportunista, por lo que comen lo que hay disponible a su alrededor, siendo atraídas por todas las comidas ricas en proteínas. En esta época se vuelven una gran molestia y ocasionalmente un peligro para la gente que está al aire libre.
La “Chaqueta amarilla” (Véspula vulgaris) fue detectada con otras variantes en la década del ’80, y si bien se la conoce como depredadora en la zona Andina, a juzgar por los especialistas, también se fueron trasladando hacia la zona Atlántica.