17/02/2021

Cómo las cáscaras de bananas y de huevos nos dan de comer en forma sana

Los abonos caseros provenientes de desechos orgánicos, libres de agrotóxicos y que sirven para mejorar la producción de alimentos cultivados en almácigos, son la clave del éxito en la venta comunitaria de hortalizas.

Cómo las cáscaras de bananas y de huevos nos dan de comer en forma sana

Varios estudios confirman que las cáscaras de huevos pueden usarse como abono de plantas. Este material orgánico está compuesto por carbonato de calcio en un 98 %, lo que lo convierte en un nutriente mineral totalmente natural.

La segunda opción ecológica, sostenible y económica para mantener saludables las plantas son las bananas. La cáscara reúne múltiples beneficios. Su importancia está en las cantidades de potasio que contiene. Precisamente este mineral transporta los nutrientes por las plantas y fortalece la formación de flores y frutos.

“Nosotros usamos estos fertilizantes naturales y orgánicos con una línea agroecológica fabricando compost, y producimos alimentación sana en las huertas comunitarias de la iglesia de Fátima”, cuenta a Noticias Oscar Hernández, de la Fundación Creando Futuro que integra un colectivo de organizaciones no gubernamentales para realizar esta actividad y comercializar su producido.

En los patios de ese templo, los integrantes de esos grupos pusieron manos a la obra junto con asesores técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el aporte de otras instituciones como Cuidadores de la Casa Común.

Las huertas agroecológicas cuentan con otros recursos de cuidado. Emplean los purines que son productos de origen natural obtenidos a partir de la fermentación, maceración, cocción o infusión de especies vegetales y de estiércoles en agua, cuyos principios activos ayudan a prevenir y controlar una variada cantidad de plagas y enfermedades que atacan a los cultivos.

También apelan al Biol. Se trata del resultado de la fermentación de estiércol y agua a través de la descomposición y transformaciones químicas de residuos orgánicos en un ambiente anaerobio.

Otras alternativas que ensayan comprenden la fermentación anaeróbica acelerada. De los residuos sólidos urbanos se puede extraer materia orgánica que debe ser compostada antes de su empleo como agente enmendante de suelos degradados o abono de cultivos, todo ello contando con la recuperación en origen de las distintas fracciones capaces de ser reutilizadas mediante recolecciones selectivas.

Respecto de los procedimientos utilizados, Hernández destaca que la gente debería tomar conciencia de las facilidades que otorgan reutilizar los residuos domiciliarios. “Si lo entienden, se podría reducir (en términos generales) un 40% de la basura que se tira”, apunta.

Pone de manifiesto que los integrantes del colectivo llevan tres años preparándose en el uso de estas tecnologías de fertilización orgánica que luego se nota en los resultados.

Como producto del esfuerzo de estos años en los almácigos, montaron una boca de expendio de productos a precios razonables.

En el sector productivo de la iglesia poseen 300 plantas de tomates de la variedad “cherry”, que se complementan con otras hortalizas como berenjenas, morrones y cebollas.

Como la idea es ganar adeptos en la comercialización comunitaria, el grupo complementa las ventas con otra canasta de hortalizas que provienen de la Chacra “Adra” que la fundación viedmense explota en la colonia agrícola del Valle Inferior. De esa parcela, extraen papas, cebollas de verdeos o zanahorias.

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