Crimen del Loteo Silva: prisión domiciliaria para la joven entregadora

La mujer imputada como cómplice del homicidio de Alberto Ñancucheo, ocurrido en la toma 2 de Enero en mayo pasado, cumplida una condena efectiva de 4 años de prisión domiciliaria.

La pena será confirmada por la Justicia tras el acuerdo al que llegaron las distintas partes del proceso, en el marco de un procedimiento abreviado.

Este jueves se desarrolló la audiencia que culminó con los pedidos de pena para la totalidad de los imputados que participaron en el robo y posterior homicidio del hombre perpetrado en Viedma el 31 de mayo pasado. 

Cabe recordar que por este hecho Facundo Gabriel Britos y Leandro Ezequiel Estevanacio fueron condenados a 10 años de prisión, también el acuerdo alcanzado en un juicio abreviado..

En esta oportunidad se requirió la pena de cuatro años de prisión a una de las mujeres, acusada de haber sido quien citó a la víctima para que los hombres perpetúen el posterior robo. 

Se trata de Cristina Alfaro, pareja de uno de los homicidas confeso. La querella, en representación de la familia de la víctima, adhirió al pedido de pena. En una instancia similar realizada la semana pasada, había sucedido lo propio con la cuarta implicada, que fue quien prestó su teléfono celular a uno de los hombres condenados.

La acusación pública, representada por el Ministerio Público Fiscal, y la privada, llevada adelante por el abogado querellante, le imputaron el delito de robo ya que fue ella quien coordinó con la víctima un encuentro, con la intención de llevarlo hasta el lugar donde lo esperaban los dos hombres.

Los hechos juzgados se produjeron en Viedma, el día 31 de mayo pasado en horas de la madrugada cuando dos hombres (que ya se encuentran condenados por el delito de homicidio) abordaron el auto de víctima y, en su interior, lo golpearon y agredieron produciéndole las heridas que causaron su muerte y perpetrando el robo de diversos elementos y dinero en efectivo que tenía la víctima en su poder.

Luego abandonaron el vehículo en el canal del desagüe ubicado en inmediaciones del sector conocido como la Toma 2 de enero.

Previo a ello, los hombres habían cenando con las dos mujeres en un domicilio particular. Una de ellas prestó a la otra su teléfono celular para que contacte a la víctima a quien conocía previamente, y lo dirija hasta el lugar en el que descendió del auto para que lo abordaran los dos hombres.