16/04/2024

Carlos Banacloy: “La vitivinicultura provincial tiene un enorme diferencial”

El ministro de Producción tiene una bodega recuperada con su familia, por lo que habló acerca de todos los pormenores de esta actividad, vía Radio Noticias.

Carlos Banacloy: “La vitivinicultura provincial tiene un enorme diferencial”

La producción del vino rionegrino está en auge, se está haciendo vino de gran calidad en todo el territorio. Si bien son bodegas chicas en su gran mayoría, han logrado posesionarse a nivel nacional e internacional.

Para saber sobre su actualidad, su crecimiento, dificultades y el camino a desarrollar, Con Todo Gusto, por Radio Noticias, conversó con Carlos Banacloy, ministro de Producción de la provincia de Río Negro y además está al frente, junto a su familia, de la bodega Antigua Bodega Patagónica de la localidad de Cervantes.

Estas vinculado al sector vitivinícola de la provincia desde el trabajo público y el privado ¿Cómo es ese proceso?

Sí, tiene todo un correlato porque vengo del sector, asumí la dirección de Vitivinicultura hace 10 años que me vinculé al sector público como director. Luego fui secretario de Fruticultura y actualmente Ministro, pero ingreso con la vitivinicultura y con esta necesidad de posicionar a la provincia, que en realidad no era una provincia nueva, tenía más de 100 años de Vitivinicultura con bodegas emblemáticas como es Canale, con más de 100 años y muchas bodegas familiares también tradicionales como Favretto, y muchas bodegas con tres o cuatro generaciones. Esa viticultura centenaria en la Patagonia tiene un diferencial.

Tenemos una identidad muy fuerte con nuestros productos, con lo cual no inventamos nada, los productos estaban, había que ponerlas en valor, y hoy gran parte de la viticultura tiene un diferencial enorme y esto es de la cordillera del mar. No todas las provincias tienen la posibilidad como tiene Río Negro de tener hoy vitivinícolas en el Golfo. La verdad que nos llena de orgullo tener la posibilidad de ser parte, ser parte del sector y ser parte de la parte pública, que va encontrando ese camino que se planteó uno hace más de 10 años.

¿A qué tendría que apuntar hoy la producción de vino en Río Negro?

Sí, hay un tema que obviamente hoy hay que revertir y que me parece que en estos últimos dos años ya empezamos a tener esa situación diferencial, que es la de tener nuevos viñedos, porque tenemos hoy un patrimonio que realmente es muy importante y muy interesante, que son estos viñedos antiguos, pero también una baja muy grande en la productividad. Hoy pensemos que con la misma cantidad de viñedos, la provincia del Neuquén produce el doble de vino que nosotros y esto es porque tiene viñedos nuevos, la renovación de viñedos fue muy lenta en los últimos 20 o 25 años en la provincia de Río Negro y esto deja una viticultura centenaria, una viticultura con viñedos realmente que son superlativos pero que el nivel de productividad es muy bajo y esto nos resta volumen. Nuestros vinos ya están reconocidos a nivel internacional y está bárbaro, pero a la hora de tener el volumen para poder comercializar, no nos alcanza bien. Entonces esa curva de pérdida de viñedos se logró revertir y este es un año donde vamos a celebrar la incorporación de100 hectáreas nuevas en distintos proyectos vitivinícolas a lo largo de lo ancho de nuestra provincia.

¿Cómo se trabaja para revertir esa falta de producción?

Bueno, nosotros lo primero que hicimos hace 10 años, cuando empezamos a charlar con el gobernador de tener algunos pocos objetivos, que eran, primero vender más, no al revés. Neuquén nace como un proyecto obviamente de inversión de recursos petroleros puestos en una actividad productiva como era en ese momento financiar bodegas y financiar viñedos. Acá eso no existía porque la familias eran productoras de peras y manzanas principalmente, y nosotros lo que veíamos era que nos costaba mucho vender nuestros productos, de hecho teníamos mayor reconocimiento internacional que local, nuestros vecinos no reconocían nuestros productos.

Nuestro primer objetivo fue que se vendan todos los vinos, los viñedos van a venir solos cuando nos falte la uva, pero no podíamos salir a impulsar el viñedo después que eso meta presión sobre el valor de la uva y cuando la uva sobra no vale absolutamente nada, como todo el mundo sabe. Entonces, creo que hoy lo que primero tenemos es un equilibrio en la comercialización.

Además de tu trabajo como Ministro. ¿Cómo es llevar adelante una bodega en Río Negro?

Bueno, tiene dos cosas muy interesantes, como en cualquier empresa o proyecto tiene su parte buena y su parte mala. Cuando uno mira lo positivo, es que primero es par, y a la hora de ser receptivo y escuchar un productor en su problemática uno ya tiene más incorporado toda esa problemática porque vive el día a día, porque nadie te tiene que contar lo que han sido los problemas de importación, cuando nos falta vidrio, cuando tenemos una helada, cuando tenemos un granizo. Son cosas que padecemos todos los días y eso genera un vínculo con el productor mucho más afín, porque el productor encuentra enseguida un oído o una oreja que está ávida de escuchar lo que lo que está pasando. Y por otro lado, la complejidad cuando uno tiene un proyecto, que además tiene un espíritu personal, nosotros somos una bodega familiar, como gran parte de las bodegas familiares de la provincia de Río Negro, requiere de la presencia. Requiere de estar probando la uva, de ver cómo vienen esos caldos, y a veces te encuentra viajando en el momento del descubre, con lo cual, hay que trasladar mucho en la confianza del etnólogo, lo que está pasando dentro de la bodega y a veces no con los mejores tiempos.

Somos una unidad familiar, no tenemos estructura, gran parte de los trabajos lo hacemos en familia, junto a mi hija y mi señora.

¿Es una bodega recuperada por ustedes?

Sí, estuvo cerrada más de 25 años. Nosotros ya hace 10 que estamos ahí. Este año cumplimos 10 años en esa locación.

Fue una decisión más personal que familiar, porque el apasionado por el vino era yo. De muy chico tomaba vino, cuando no se tomaba tanto, hay que pensar hace 30 años atrás los jóvenes estaban muy lejos del vino. Me fui incorporando lentamente en el mundo del vino, en un momento pensé en hacer vino, conseguí mi primer viñedo hace más de 17 años. Un viñedo que estaba abandonado, lo pudimos comprar, y empecé a elaborar.

Comencé el camino como emprendedor, por supuesto con errores, con aciertos, siempre de a poquito, haciendo todo lo que lo que uno sabe que tiene que hacer para que le vaya mejor y con un entorno muy saludable que tiene la provincia en lo que es vitivinícola.

¿En qué momento está la bodega?

Nosotros tenemos en lo que es viñedo uvas tintas, no tengo blancas, las pocas uvas blancas que incorporamos son compradas a productores de terceros de la zona de Huergo. Tenemos Merlot, Malbec, pinot noir y cabernet franc. Tenemos varias líneas, la mayoría son reservas y gran reserva. Elaboramos productos pensados como consumidor, productos que sean nobles, que sean dignos, que transmitan el espíritu de la bodega, tratando de acompañar lo que es un proceso natural, que muy pocas bebidas tienen. Porque este es un jugo fermentado natural, es el azúcar de la uva que se transforma en alcohol, realizando una bebida noble como es el vino y lo que buscamos es que, eso que quiere demostrar la naturaleza, se exprese de la mejor manera y acompañando ese proceso natural, hasta llegar a una botella y que esa botella llegue a una mesa y acompañe un momento único.

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