En la continuidad de una ajetreada actividad judicial, en la jornada de hoy se formularon cargos a un malviviente, de 29 años, imputado por un robo. Se pidió a la prensa que no se revele su imagen ni datos personales porque está pendiente una rueda de reconocimiento.

Intervinieron en la audiencia el juez Adrián Dvorzak, el fiscal José Chirinos y los defensores particulares Damián Torres y Claudia Pichiñan.

En su acusación formal, el fiscal expuso que el imputado delinquió junto a otros tres individuos el 16 de febrero, a las 13 horas, en un domicilio de la calle Winter al 100 de Viedma. "Tras golpearlo y sujetarlo del cuello con un cable al dueño, le sustrajeron 3 millones y medio de pesos y 1300 dólares que se encontraban en un maletín negro, junto con dos celulares, un Samsung A31 y otro Samsung A21 y una billetera con tarjetas y documentación personal, y luego se dieron a la fuga en un vehículo Peugeot color negro", explicó.

El robo en poblado y en banda quedó acreditado por la denuncia del propietario de la vivienda, un trabajador de la cebolla que tenía que hacer una importante entrega de dinero. Según el testimonio, lo golpearon con suma violencia, los intentó seguir en la vía pública con un cuchillo, pero dada su conmoción se cayó al piso y les perdió el rastro.

Precisó que hizo una detallada descripción de los malhechores y que se cuenta con testimonios de testigos y filmaciones de cámaras de seguridad.

El defensor Torres expuso en su tesis: "Los hechos están redactados formalmente y la calificación legal es consecuente con la descripción de los hechos. Pero demostraremos que nuestro asistido no tiene nada que ver con esto" e ironizó que la acusación "está atada con alambres".

Para el letrado, sólo lograron sindicar a su defendido con el hecho porque tendría un rodado con las características citadas, sumado a que la víctima "lo que más recordaba era que uno de los autores era alto, robusto, grandote. Es decir, está sentado acá porque la Policía dice que el vehículo sería de este señor, cuando en un informe que luego lo veremos con el fiscal, se establece que este auto no tiene ninguna vinculación con el señor".

En este sentido, dijo que los oficiales llevaron a su defendido al tribunal sin muchas pruebas, con lo cual en la jerga sería como un "perejil"; es decir, un inocente acusado arteramente en un delito para tapar a los verdaderos culpables.

"Es increíble y tienen el coraje de ponerlo así, que el damnificado recordaba que el autor era alto y robustos, o sea que todos los altos y robustos de Viedma podrían ser sindicados como autor del hecho", precisó y la vinculación que hicieron con el dueño de la propiedad es que el imputado convive con una persona que conoce al capataz de la cosecha de cebollas y que "sabía que la víctima tenía plata para el pago de los proveedores".

"Por Dios, que no me pase a mí que conozca al amigo del amigo del amigo, porque termino imputado en una causa", consideró y completó que se está juzgando a su asistido por su historial delictivo y no por las circunstancias del hecho.

A pesar de los argumentos de Torres, el magistrado resolvió un plazo de investigación por cuatro meses, una pulsera electrónica con GPS para el imputado y que no podrá acercarse al domicilio ni al damnificado.