El auge del turismo rural en Viedma y la zona productiva se presentan como una significativa oportunidad para un desarrollo alternativo, y en consecuencia, en los últimos años adquiere un protagonismo creciente abriendo nuevos caminos para otras fuentes de ingresos en la economía regional.

Este es el caso de la familia Leiza, de la agroindustria Zopilote, que desde la parcela A-23 ubicada en el Camino N° 9 del área del Instituto de Desarrollo del Valle Inferior (IdeVI) viene desplegando este doble propósito.

Sus integrantes se dedican principalmente a la producción de duraznos, pelones, nueces y lúpulo. Además, elabora productos de primera calidad envasados artesanalmente como duraznos en almíbar y encurtidos; en un marco de autosustento. Cuentan con proyectos de aprovechamiento de biomasa de cáscaras de frutos secos para usos energéticos y de uso de energía solar mediante la instalación de pantallas cuyo excedente se envía a la línea.

Sin embargo, viene desarrollando experiencias exitosas en torno al agroturismo, y este ejemplo de vida en la naturaleza lo aprovechan turistas de diversos puntos del país que tienen la posibilidad allí de estacionar sus combis, camper y motorhome.

“Estamos dentro de una aplicación (turística) que permite a la gente conocer puntos de acampe, y aquí pueden pasar la noche, y nosotros ofrecemos conexión de wi fi gratis y electricidad”, destacó Andrés Leiza a NoticiasNet.

Un día puede ser entretenido en el predio. Se puede visitar la planta productiva, obtener alimentos para regalo que salen del mismo lugar donde se generan desplegando buenas prácticas agrícolas y libres de intermediarios. Junto con los encurtidos, hay licor de nuez y ratafia (licor de nuez verde, cáscara de limón, guindas, clavel rojo y menta).

Entre los últimos visitantes se destacaron familias de Tandil, Entre Ríos, Brasil, Perú, una pareja integrada por un francés y una española, aunque la mayor sorpresa fue un joven del barrio londinense de Nothing Hill. Se trata de un lugar que tomó consideración pública a nivel internacional luego de la película romántica protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant en 1999.

El muchacho británico aprovechó bien la oportunidad de conocer la colonia agrícola del valle inferior en virtud de que también pudo conocer la bodega Fincas Patagónicas. “Esta visita se pudo lograr merced al vínculo con agencias de viajes”, resaltó el productor.