Un brillo radiante mostrado por la materia que produce un cambio de color dependiendo del ángulo de visión y del de iluminación, llamado iridiscencia, resultó más que notorio durante esta tarde en el cielo de esta capital.

Iridiscente es una superficie que crea un fenómeno óptico mostrando diferentes colores dependiendo del ángulo desde el que se mire.

Una superficie iridiscente es en realidad dos superficies delgadas superpuestas en las cuales vemos la interferencia del reflejo de la luz de la camada inferior y la camada superior a la vez. Es por ello que nos parece ver más de un color.

El nombre proviene de la palabra griega "iris" que significa arcoíris. En este contexto se utiliza también la expresión "ópticamente variable". La iridiscencia se basa en la difracción e interferencia de la luz, aunque nadie en lo inmediato pudo explicar el motivo por el cual se produjo esta rareza.

Es un fenómeno meteorológico poco frecuente, y una forma de ver nubes iridiscentes de forma más sencilla es ocultando el sol con la mano o con un edificio o árbol. También se pueden utilizar anteojos de cristales oscuros o viendo el cielo mediante un reflejo en el agua. Normalmente los colores se pueden ver en los extremos de nubes finas, aunque al volverse más gruesas poco a poco pierden esas tonalidades.

Las imágenes fueron tomadas por Silvia Perfetti a las 14.30, una de las puntales que forma parte de la religión ovni en esta capital, y que tiene un ojo sensible para fenómenos extraños, de esos que se suelen observar principalmente en el balneario de La Lobería.