No sólo de libros y documentos vive la biblioteca que funciona en el Centro Universitario Regional Zona Atlántica (CURZA), y que pertenece a la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). Allí, Leila Waidatt y Cecilia Marchetti, en un trabajo de hormiga y silencioso, armaron un banco de semillas agroecológicas que implican préstamos y orientación para los cultivadores.

Esta manifestación de vida que brinda el herbario tuvo un impacto internacional al tratarse de un proyecto inédito en una universidad argentina, y en la región se comenzó a poner en valor una vez que se difundió una nota que la radio de la Universidad de Salamanca, España, concretó con Waidat, directora de ese centro de información.

Esta propuesta se enmarca  en el proceso iniciado en 2017 por el Colectivo Agroecológico del río Negro Comarca Viedma-Patagones conformado por familias productoras, dos organizaciones de consumo y de algunas instituciones (actualmente INTA y CURZA). Este movimiento ha generado nuevas alternativas de producción, comercialización y consumo de alimentos agroecológicos, que ha despertado el interés de la comunidad local. Por otro lado, la biblioteca de semillas es una de las líneas de acción del Proyecto de Extensión Universitaria del CURZA, denominado. ”Fortaleciendo la organización colectiva de productores y productoras en procesos de transición agroecológica, en el Valle Inferior del río Negro”, dirigido por Ing. Teresa Doñate y codirigido por Vanda Ianowski.

Así surge el proyecto de una Biblioteca de semillas en el CURZA, consta de una colección de semillas de vegetales comestibles para cultivo en interiores y huertas urbanas. Tras esta explicación, Waidatt brindó detalles de NoticiasNet:

¿Cuál es el propósito y la misión de la biblioteca de semillas?

El propósito es impulsar y promover prácticas que abonen a la soberanía alimentaria en la comunidad local y universitaria. La misión de la biblioteca de semillas es disponer de este tipo de ítem o recursos por fuera de los materiales clásicos como los libros y revistas y beneficiar a la comunidad universitaria a la que atiende, el acceso a semillas agroecológicas para cultivo y consumo. Por otra parte, promover la generación de aprendizajes de producción alimentaria propia. Esto a su vez, permitirá dimensionar la difícil labor de las familias campesinas generadoras de la mayoría de los alimentos que llegan a nuestras mesas.

¿Qué las motivó a establecerla?

Por un lado, formo parte del colectivo agroecológico del valle inferior del río Negro como consumidora, y por otro soy bibliotecaria en una unidad académica en la cual se dicta una carrera llamada gestión de empresas agropecuarias, acá uní todo. Y pensé, porqué no tener una biblioteca de semillas e impulsar la agroecología desde la biblioteca. Asimismo, me convocaron a integrar un proyecto de extensión universitaria relacionado al fortalecimiento de vínculos con actores sociales como las familias productoras del colectivo, entonces les docentes, estudiantes abrazaron la idea y comenzamos a trabajar codo a codo para establecer la biblioteca. El motivo principal es poder brindar a la comunidad el mensaje del Buen Vivir, visto esto como una forma de vida que promueva la sostenibilidad, el consumo consciente de alimentos, la educación alimentaria, la diversidad ambiental y el respeto de las prácticas agroecológicas de nuestros antepasados y actuales pueblos originarios.

¿Qué tipo de semillas se encuentran disponibles en la biblioteca?

Contamos con semillas agroecológicas de vegetales comestibles de las propias familias productoras de la agroecología, establecidas en la zona del IDEVI. En este momento tenemos semillas de estación para cultivar en otoño-invierno y todo el año. Durante la semana que viene nos reunimos para organizar y solicitar la donación de semillas para primavera-verano y brindar capacitaciones programadas.

¿Cómo se obtienen y mantienen las semillas en la biblioteca?

Se obtienen a través de la donación de familias productoras y del Módulo Agroecológico de la Estación Experimental Agropecuaria Valle Inferior (EEAVI). Se mantienen en frascos de vidrio, rotulados con el nombre de la especie, año de cosecha y origen, en un armario cerrado y oscuro, con cierto control de la temperatura. Luego las fraccionamos en sobre de papel, de entre 3 a 15 semillas dependiendo el tamaño rotulado con los mismos datos y con un código de barra para cada uno, porque las semillas están catalogadas y registradas en nuestro sistema integrado de gestión bibliotecaria Koha.

¿Qué servicios y recursos ofrece la biblioteca de semillas a los usuarios?

Los servicios que ofrecemos son préstamos de semillas, seguimiento y orientación a cargo de estudiantes de la carrera de gestión de empresas agropecuarias que formar parte del proyecto de extensión antes mencionado y capacitaciones sobre siembra, reproducción y recolección, a cargo del equipo del proyecto de extensión mencionado.

¿Proporcionan información sobre el cultivo y cuidado de las plantas?

Si, tenemos un grupo de Whatsapp para recibir consultas, a su vez, por cada socia/o nuevo de la biblioteca que solicita préstamo de semillas, se le envía por mail, el calendario de siembra, libros y publicaciones sobre huertas urbanas, cultivo de plantas comestibles y conservación de semillas.

¿Cuál es el proceso para prestar y devolver semillas de la biblioteca? 

Todas las personas mayores de 18 años pueden asociarse a nuestra Biblioteca del CURZA, formen parte o no de la comunidad universitaria. Pueden solicitar libros, otros materiales bibliográficos y semillas. En este caso, se registra el préstamo en nuestro sistema Koha. De las semillas que cultiven deben seleccionar la planta con mejores condiciones de crecimiento para extraer semillas una vez que finaliza todo su crecimiento. Luego de esto, devuelven semillas y así continúa el circuito.