En una audiencia concretada el sábado  se formuló cargos a Kevin Toro haber por dos hechos cometidos el viernes a la noche. Se trata del robo a un comercio en el barrio Lavalle en el que, la Fiscalía entiende que ingresó con un menor de edad “y esgrimiendo un arma de fuego” exigieron al dueño dinero y sustrajeron cuatro botellas de Fernet Branca y tres botellas de Campari.

Seguidamente en Ayacucho N° 566 de Viedma, intentaron sustraer la motocicleta a un hombre amenazándolo con un arma de fuego apta para el disparo, no logrando su cometido ante la resistencia y forcejeo con la víctima.

Los hechos descriptos encuadran en los delitos robo agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor y robo agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor en grado tentativa.

Además de formularle cargos, la fiscalía a cargo de Paula Rodríguez Frandsen pidió la prisión preventiva del imputado por el término de cuatro meses, la que fue dispuesta por el juez de Garantías interviniente, Juan Pedro Puntel, a quien ya se conocían con el delincuente porque fue quien lo imputó el año pasado.

Lo preocupante es que Toro estaba libre y por las calles de esta capital llamando la atención porque el 18 de noviembre pasado –apenas seis meses- había sido condenado a cuatro años en un juicio abreviado por tratar de robar a un policía Federal en el barrio Zatti el 9 de marzo de 2022, intercambiando disparos.

El oficial regresaba a su casa a las 3 de la madrugada, en un auto junto a su esposa y sus dos hijos, y uno de ellos resultó herido de carácter leve. El policía también terminó con heridas de arma de fuego, mientras que Toro quedó en terapia intensiva. Luego, se recuperó en tiempo récord, y además ya tenía sobre el lomo otro caso. El 4 de diciembre de 2018 tuvo una condena por un robo con el uso de arma de fuego.