"Es un hobby que se realiza como recreación, es un cable a tierra y algo muy terapéutico", expresó Aldo Roussiot para definir la práctica del “detectorismo”, una actividad que sirve para encontrar objetos de metal en las playas de la región en el río Negro y el mar.

Este aficionado local dialogó con NoticiasNet y brindó detalles de esta pasión que trata de buscar objetos perdidos y que cada vez acumula más adeptos de todas las edades en la zona.

"Es tan atrapante que te va llevando y después uno quiere salir todos los días. Acá en las playas de la zona, como son muy antiguas uno va y seguro algo vas a encontrar. Hay muchas tapitas de botellas de gaseosas o de cervezas, estacas, y cadenas. Lo que es muy difícil de hallar es el oro, porque la gente ya no tiene el poder adquisitivo de antes, por eso esas cosas son más comunes de encontrar por ejemplo en Brasil. Una cosa muy loca fue encontrar una pala de albañil enterrada en la playa", contó Aldo.

El “detectorismo” puede realizarse en tierra, arena y agua de mar y ríos, entre una amplia variedad de lugares.

"Esto lo practicamos casi todos los fines de semana y los feriados. Seguramente nos vieron en la playa o en el río y somos cerca de 25 o 30 personas los que nos dedicamos a detectar", sostuvo. En tanto, aclaró: "Lo que está claro es que uno se va a hacer millonario por practicar esto, te puede tocar como no, pero acá no hay tesoros escondidos"

El aparato necesario para poder desarrollar este hobby cuesta desde 250.000 a 300.000 pesos y, conforme aumenta su complejidad, sirve para buscar metales en diversas superficies.

"Hay chicos, mujeres, y la mayoría somos personas mayores. Hay que tener un buen equipo y especializarse mucho, porque no todos los detectores sirven. Es importante saber que también es necesario contar con un pin pointer, que es un buscador más localizado, y se debe tener en cuenta que hoy en día un equipo cuesta entre 250.000 y 300.000 pesos", explicó.

Al ser consultado sobre las cosas más insólitas que encontró, Aldo recordó: "De todas las cosas que encontré, la más curiosa fue una caja registradora que estaba enterrada. Había sido robada y pasaron por ese lugar y la tiraron, por eso justo pasé y la detecté con mi localizador. Cuando la saqué fue una sorpresa, porque tenía algunos billetes y monedas, aunque no eran muchos. Se ve que la vaciaron y la tiraron"

El “detectorismo” también es una buena alternativa para colaborar con el cuidado del ambiente, por eso quienes lo practican también ayudan a limpiar las playas y el río y reciclar los objetos que consideren valiosos.

"La mayoría, lo que hacemos es tirar lo que no sirva y luego reciclar las otras cosas. Hay unos pocos que no lo hacen y los tiran y eso nos da un poco de bronca, lo mismo que cuando hacen pozos y no los tapan. Encontrar estacas, anzuelos, que pueden lastimar, eso te molesta porque uno se da cuenta que pasaron un no taparon el hueco", manifestó.

 "La mayoría limpiamos las playas, pero hay un par que no lo hacen. Las cosas de valor son muy pocas y suelen aparecer cada tres o cuatro meses, pero es reconfortable poder retribuir con esto lo que practicamos", añadió Aldo.

Por último, habló de los beneficios que otorga este hobby tan particular. "Somos pocos los que estamos locos (entre risas) y detectamos muchas horas. Es muy terapéutico porque sos vos y la búsqueda y hasta que no se puede sacar lo que se detecta no sabes lo que es. El fin de semana encontré un cuchillo y un autito de colección, y la verdad me encanta realizar esta actividad", concluyó.