PASAJERA DE UNA PESADILLA EN LAS CALLES VIOLENTAS DE VIEDMA

| 08/12/2022

Una mujer brindó un impactante testimonio luego de que fue víctima de un robo

Una mujer brindó un impactante testimonio luego de que fue víctima de un robo

El miércoles pasado, Cecilia terminó su clase de gimnasia a las 19 en un local ubicado cerca de Los Cardos y Sánchez –detrás del barrio Parque Independencia-, se colocó los auriculares y partió hacia su vivienda ubicada a las pocas cuadras. Nunca se le pasó por la cabeza que recién puso ingresar a ella a las cero horas, después del calvario que le tocó vivir.

Ni bien caminó 10 metros desde el gimnasio, un sujeto cubierto con gorra y un buzo prendido hasta la pera –a pesar del calor reinante- la interceptó tratando de robarle una cadena que tenía en el cuello, y a los gritos le pedía que le entregue un morral donde tenía un celular, según las escenas que pudo reproducir NoticiasNet.

Mientras la mujer caía al piso y pedía auxilio a los gritos, veía que había vecinos en la vereda tomando mate, otros mirando con cierta indiferencia y cerca de un alto paredón otro joven que esperaba en una moto. Resultó ser un cómplice, y ambos eran “motochorros” que le arrebataron el teléfono celular.

Como producto del forcejeo y la caída asomaron los moretones, hematomas y lastimaduras en el brazo. Su profesora del gimnasio y un vecino, quien justo sacaba la camioneta del garaje, ayudaron a levantarla, y trasladarla a la Comisaría 34° para que formule la denuncia.

Ahí empezó otro calvario. Al robarle el celular ya no contaba con la aplicación de su obra social para hacerse atender en privado, en la guardia hospitalaria, después de horas de espera y ya con apoyo familiar, la pasearon por consultorios externos y la calmaron con un analgésico con sólo una revisación ocular.

La mujer, tras el crudo momento, tuvo tiempo para hacer un par de reflexiones sobre las cinco horas vividas.  “En las calles sólo se respira carencia de todo, incluso ante los golpes y forcejeos observé como las personas seguían en esa desidia sin hacer mas que gestos ‘de mira lo que pasa’, a pesar de mis pedidos de auxilio a las 7 de la tarde, mientras observaban como era asaltada en una vereda. Estamos en un mundo en el cual el ser humano esta animalizado y se naturalizaron los golpes y los pedidos de auxilio no llegan por miedo y por sorderas que nos impiden escuchar que este tipo de asaltos es un síntoma social que requiere ser atendido”, concluyó Cecilia.

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