05/09/2020

Anyela Cuellar “Cuando uno se va de su tierra no se puede llevar todo”

En el marco del "Día del Inmigrante" conversamos sobre el viaje de  las personas que deciden rehacer su vida en otro lugar

Anyela Cuellar “Cuando uno se va de su tierra no se puede llevar todo”

 

Este 4 de Septiembre en Argentina se celebró el “Día del Inmigrante”, su origen viene del Decreto Nº 21.430 del año 1949 y se eligió esa fecha para recordar la llegada de los inmigrantes al país en recuerdo de la disposición dictada por el Primer Triunvirato en esa fecha de 1812, que ofreciera “su inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio”. Han pasado muchos años desde entonces y hoy desde Musas conversamos acerca del tema con la Docente y Cuentacuentos colombiana Anyela Cuellar, quien desde 26 años forma parte de la Comarca Viedma - Patagones, haciendo de este lugar, su nuevo hogar. 

 

-Cuando se emigra ¿Qué se lleva en la valija?

-Cuando uno se va de su tierra no se puede llevar todo y a veces no nos podemos llevar a la familia, por eso uno abre bien los ojos y mete en ellos todo lo que más se puede hasta que los ojos duelen de tan llenos que están, y es ahí donde uno se lleva todo el amor por la tierra, las palabras, los libros con historias. 

 

-¿Qué pasó con la familia que se quedó y cómo lo vivís ahora?

-Irse para ellos era como una pérdida. Antes la comunicación era diferente, con llamadas de larga distancia que representaban un costo importante, entonces hablábamos pero no con tanta frecuencia. Actualmente en el 2020 con el WhatsApp con videollamada, es distinto. Mi mamá tiene Facebook, me pone me gusta en todas mis publicaciones “Y que Dios la Bendiga y que le va a ir mucha gente a sus espectáculos”. Yo a veces, cuando siento que necesito una ayuda divina la llamo y le digo que ponga una velita por mi, que prenda la vela y me rece un rosario.

 

 

-¿Qué le dirías a alguien que se va o se fue?

- No olvidar de dónde uno es, no olvidar como dice uno “La Tierrita de uno”. Tampoco empecinarse en que lo que uno trae es lo verdadero, sino poder compartir y abrirse, que otros también permitan eso, porque no es fácil que otros permitan que uno llegue y se instale, eso también es complicado. Entonces ahí viene como esa paciencia para poder insertarse en una comunidad diferente sin sentirse señalado, sin sentirse que le vas a sacar el trabajo (como muchas veces escuchamos), sin sentirse que por ser de un lugar o de otro sos el culpable de lo que está pasando en este lugar,  porque las culpas son de afuera y no propias.

 

- ¿Cuál es tu percepción acerca de las mujeres migrantes?

-Yo creo que las mujeres todas estamos mucho más fortalecidas. Hay como una gran red y podríamos decir que si vamos a las imágenes visuales, las mujeres se sostienen desde abajo, desde la tierra y toda una montaña hacia arriba sostenidas por los hombros y piernas de todas de nuestras abuelas, de nuestras madres. Yo tengo unas abuelas muy luchadoras. Hay que encontrar esa fortaleza y a veces te la da justamente los recorridos, los encontronazos y las cosas feas con otras personas, con los lugares. También las cosas buenas te fortalecen y creo que te hacen descubrirte a vos mismo, a  encontrar y encontrarte. 

 

Por: Leomarys Ñañe

Fotos: Vanesa Schwemmler

 

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