16/09/2019

Dolor físico y ansiedad, ¿cuál es su relación?

El cuerpo y la mente no son dos realidades separadas, sino que se influyen mutuamente.

Dolor físico y ansiedad, ¿cuál es su relación?

 

El dolor físico y la ansiedad son síntomas que, con frecuencia, van de la mano.

Según un informe presentado por la Asociación Americana de Psiquiatría, en el congreso 161 de esa organización, el 60 % de los pacientes con ansiedad, también padecen de dolor físico. 

Además, en el 80 % de esos casos también hay depresión.

En otro estudio elaborado por médicos españoles y publicado en el Journal of Affective Disorders, se señala que el 78 % de las personas que padecen problemas psicológicos, también desarrollan síntomas orgánicos, entre ellos, dolores físicos.

Pese a que las cifras sean tan evidentes, se estima que en el 60 % de las consultas los facultativos no establecen el vínculo entre dolor físico y ansiedad.

 Esto se debe a que predomina un enfoque compartimentado, en el que los síntomas físicos y mentales se abordan por separado.

La ansiedad es un estado displacentero que prácticamente todas las personas experimentan, al menos en forma momentánea, alguna vez en su vida.

 Se trata de una respuesta frente a estímulos que son percibidos como amenazantes. A veces dichos estímulos son riesgos reales y otras veces corresponden a riesgos percibidos o imaginarios.

El exceso de estímulos simultáneos también conduce a la ansiedad.  Estos entornos implican sucesivos estados de alerta que en su conjunto generan estrés y, a la postre, ansiedad.

En la ansiedad hay un temor impreciso, que lleva a crear conductas defensivas.

Bajo dicho estado también se producen cambios orgánicos, como aumento del ritmo cardíaco, mayor sudoración y respiración agitada.

Como es obvio, con el tiempo dichos cambios fisiológicos contribuyen a alterar el funcionamiento del organismo.

 

¿Qué hacer?

 

Lo más importante es admitir que todos estamos expuestos de uno u otro modo a la ansiedad, en alguna medida. Por lo mismo, es prudente adoptar estilos de vida que nos permitan encontrar espacios de relajamiento y esparcimiento. Mucho más si está presente el binomio dolor físico y ansiedad.

El ejercicio físico es uno de los medios más eficaces para recuperar el equilibrio de las emociones. Una pequeña rutina de ejercicio, 15 minutos al día suele ser suficiente para hacernos sentir mejor. Si esto se combina con alguna práctica de relajación, mucho mejor.

En los casos en los que la ansiedad es excesiva lo mejor es consultar con un profesional de la salud mental. Hay muchas terapias y técnicas que pueden ayudarnos a manejar las emociones de una forma adecuada.

 

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