19/05/2019

Es el pasado

Los anuncios de Cristina y cómo influye esto en el escenario político de Río Negro.

Es el pasado

Los cambios se van produciendo tan aprisa que resulta difícil asimilarlos y si bien es cierto que la telefonía celular nos igualó en edades no es menos cierto que a medida que vamos decreciendo en el número de nuestro DNI son menos las prestaciones a las que somos capaces de acceder.

Los celulares son un ejemplo óptimo. No ocurre lo mismo con la política en donde nosotros los de entonces ya no somos los mismos aunque las conducciones se esfuercen con temple de deportistas de alto rendimiento en permanecer en el último cuarto del S XX.

Un sacudón a la resignación de un elenco estable que a veces hasta olvida el parlamento, eso seguramente fue lo que provocó la ex Presidente al anunciar, en principio que renuncia a buscar un nuevo mandato como Presidente, luego que su candidato es Alberto Fernández y subrayamos aquí que es la ex Presidente quien designa a este candidato para competir en las PASO.

¿Modifica algo esto en el peronismo rionegrino? Aquí cabría el breve texto de Marcos Peña para su sector político: “No nos cambia nada”

García Larraburu seguirá siendo la referente del espacio, Doñate seguirá siendo su segundo en la línea de poder y el camporismo barilochense va a la cola, incluso después de Martín Soria cuyo protagonismo más relevante después de la derrota será asistir a su hermana en su campaña para heredarlo.

Dicho esto y volviendo al párrafo de inicio, pareciera que el intendente de Viedma, José Luis Foulkes alcanza a divisar la conveniencia de treparse al colectivo de la elección de Bariloche en donde, como es costumbre e independientemente de quien sea candidato, el oficialismo provincial pondrá toda la carne al asador. Bariloche es la ciudad más poblada y un reaseguro importante en cualquier gestión, así las cosas, el oficialismo en Viedma podría verse beneficiado al colgarse de la fecha cordillerana.

A este habría que sumarle cierto desorden post derrota que impide saber cuál de todos los peronismos competirá en el plano municipal. El bloque del PJ refleja con minuciosidad esa foto. ¿Será el peronismo que lidera Evelyn Roussiot anotada entre las huestes de Martín Soria?, ¿será el de Silbana Cullumilla, cercana a Roberto Vargas que es decir Miguel Pichetto?, ¿tendrá un rol protagónico el socialismo cercano a Mario Sabbatella?

En Cambiemos parece haber menos Cambiemos y más UCR. Aunque allí tampoco hay un bloque firme y homogéneo. Está el radicalismo de Molinari que lejos le gana a cualquiera en presencia y vocación de trabajo o el radicalismo de Massaccesi con mayor eficacia en el plano del contacto personal. Parecería que ambos ediles estarían advirtiendo la conveniencia de y en lugar de o.

El PRO deberá resolver cuestiones de identidad antes de avanzar. El legislador electo Juan Martín podrá desear que esa banca lo consolide como referencia política con sentido de autoridad, pero aún no lo es. Trabajar para Frigerio no alcanza y deberá lidiar antes con las aspiraciones de Sergio Wisky y luego con la de otros dirigentes como el barilochense Sergio Capozzi que entiende que luego de la derrota, nadie puede usar la cinta de capitán.

Finalmente, también hay que poner en contexto la situación de Cambiemos en la que los radicales rionegrinos deberían permanecer porque así lo acordaron en su Convención provincial en Maquinchao. En este sentido, le cabrá a muchos esto que el titular del radicalismo bonaerense y vicegobernador Daniel Salvador señaló como “radicales sueltos” que por fin, no formarían parte del partido.

Y todo lo antes escrito, esto es lo que revela el nuevo escenario de ofertas atomizadas, de tinte profundamente local y una Big Data que nos reconoce en la intimidad más inquietante y convierte a los partidos mayoritarios y sus mecánicos de “roscas” y debates, internas e internismos, en objetos del pasado, como los teléfonos fijos o las máquinas de escribir.

Dante Cuenta

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