2019-07-12

Más mujeres para una mejor política

Mucho se ha avanzado en materia de género. No obstante, la política continúa siendo un ámbito donde las lógicas patriarcales se encuentran más arraigadas.

La sobrerrepresentación de los hombres es un aspecto que no se puede pasar por alto. En nuestro país, normativas como la ley de Cupo Femenino (Ley 24.012, 1991) y posteriormente la Ley de Paridad de Género (Ley 27.412, 2017) para las elecciones de legisladores nacionales, han ayudado a contrarrestar procesos de discriminación indirecta hacia las mujeres en el acceso a cargos públicos.

La provincia de Río Negro, por su parte, ha sido pionera en este aspecto, suscribiendo en el año 2000 al principio de Participación Equivalente de Géneros para la conformación de las listas de candidatos legislativos (Ley 2.431).

Ahora bien, el poder Ejecutivo continúa siendo una ‘zona gris’, no abordada por legislaciones con perspectiva de género. Aunque en las últimas décadas el número de mujeres que ocupan cargos políticos ejecutivos ha crecido, está muy lejos de llegar a un escenario de equidad.

Pareciera que nos hallamos frente a un techo de cristal, que revela la existencia de barreras ‘invisibles’ que obstaculizan el progreso de las mujeres hacia puestos de mayor responsabilidad, aun cuando nuestra participación numérica en una organización sea significativa.

En Viedma, el panorama no es más alentador. Llama la atención, de cara a las próximas elecciones municipales, la supremacía de precandidatos varones para ocupar la intendencia.

En la danza de nombres para reemplazar a José Luis Foulkes, aparecen siete precandidatos hombres frente a solo dos precandidatas mujeres, Evelyn Rousiot y Ofelia Stupenengo.

Como puede observarse, esta escasa presencia femenina pone en relieve el sesgo de género que atraviesa a todos los partidos políticos locales. Esto conduce, inevitablemente, a detenernos sobre estos actores políticos y sus dinámicas organizativas dado que, encargados de nominar quienes van a competir para el ejecutivo, tienden a favorecer a sus referentes masculinos.

Desconocer las inequidades es la mejor forma de preservarlas. Por eso, es necesario replantearnos la distribución de género en la representación política municipal.

La inclusión de mujeres, o mejor dicho, la inclusión de géneros diversos en puestos gubernamentales estratégicos, sin duda, permite ampliar la mirada y, reconocer desde la esfera pública los problemas particulares de estos colectivos que requieren de una atención prioritaria. Aporte fundamental para la construcción de políticas públicas que promuevan la igualdad real de todos los habitantes de nuestra ciudad.

Por Melisa Fuentes.

Candidata a diputada nacional por Juntos por el Cambio.

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