RAMOS GENERALES

| 29/04/2024

Motosierra de Milei: abrupta caída del consumo de carne en Viedma

La ciudadanía opta por cortes más económicos y alternativas como el pollo.

Motosierra de Milei: abrupta caída del consumo de carne en Viedma
Fotos: Vanesa Schwemmler para NoticiasNet.
Fotos: Vanesa Schwemmler para NoticiasNet.

El consumo de carne vacuna en Viedma  ha experimentado una marcada caída en los últimos meses, con la llegada del gobierno de Javier Milei y una creciente inflación. Este alimento, considerado básico en la canasta de los argentinos, se ha vuelto cada vez menos accesible, reflejando así el debilitamiento del poder adquisitivo de la población.

Según testimonios de comerciantes locales, se ha observado una notable disminución en la cantidad de carne que los consumidores adquieren. Anteriormente, solían comprar para todo el mes, llevándose bolsas repletas de carne vacuna. Sin embargo, en la actualidad, la tendencia es adquirir solo lo necesario para el día, priorizando las ofertas y buscando cortes que rindan más.

En este sentido, los cortes con aguja, puchero y marucha, ideales para estofados, se han vuelto muy demandados. Además, la picada es una opción popular, ya que permite hacer hamburguesas, pero los consumidores optan por llevar solo los dos kilos necesarios. Por otro lado, el pollo ha experimentado un crecimiento en su demanda debido a su precio más accesible en comparación con la carne vacuna.

El tradicional asado, que antes era el corte más vendido, ha perdido popularidad en favor de opciones más económicas como el matambre o el entrerriano. En la actualidad el kilo cuesta entre 7.600 y 8.500 pesos. Los carniceros, conscientes de la situación, han intentado bajar los precios, pero se encuentran limitados por los incrementos constantes en los costos de producción.

Entre los cortes más buscados, la aguja y la marucha rondan un precio estimado de entre 4.100 y 5.500 pesos, mientras que el kilo de picada tiene un valor de entre 4.200 y 5.500 pesos. Estas variables marcan algunos desajustes en los costos, entre las carnicerías que se ubican en la zona céntrica y las que se encuentran en los barrios.

Los comerciantes, además, hacen frente a altos costos mensuales de servicios como la luz, lo que dificulta aún más la posibilidad de ofrecer precios competitivos. Como consecuencia, muchos han optado por no contratar empleados, temiendo que estos dispararían aún más los precios y disminuirían el consumo.

A pesar de los obstáculos, los comerciantes se esfuerzan por mantener precios accesibles y destacan la calidad de la carne que ofrecen. No obstante, la realidad es que cada vez menos personas pueden darse el lujo de comprar carne vacuna de manera regular, y la opción más viable se torna hacia cortes más económicos.

En este contexto, los comercios se han adaptado a ofrecer diversas opciones de pago, incluyendo débito y efectivo, evitando el uso de tarjetas de crédito para no encarecer aún más los precios de los productos. También se han sumado al uso de métodos digitales como Mercado Pago y transferencias para brindar facilidades a sus clientes.

De esta manera, la caída en el consumo de carne vacuna en Viedma refleja la situación económica actual, donde el saldo negativo en los salarios y el aumento de precios hacen que cada vez menos personas puedan permitirse el lujo de disfrutar de un buen asado, optando por alternativas más económicas.

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