El día de ayer, un sorpresivo hecho delictivo, indignó a los habitantes de los alrededores del paraje Zanjón de Oyuela: por tercera vez en lo que va del año, la capilla Cristo Rey fue víctima de un robo. Los fieles, al llegar al lugar, se encontraron con la triste realidad de que objetos de valor, artefactos y todo tipo de insumos habían sido sustraídos.

El pequeño edificio, ubicado a unos 30 kilómetros de Viedma, es mantenida por la propia comunidad. Cada miembro de la congregación colabora con aportes que van desde artefactos hasta cortinas, manteles e insumos de todo tipo. Esta peculiaridad de la capilla hace que cada robo sea un golpe directo a cada uno de los feligreses, que ven cómo sus esfuerzos son en vano. En esta ocasión, las pérdidas fueron significativas.

El o los delincuentes se llevaron un inodoro, un lavamanos, un espejo, una garrafa de gas de 10 kilogramo, una pava común, otra eléctrica, ollas, platos, cubiertos y muchos otros objetos de valor sentimental y económico. La comunidad, aún en estado de shock, no puede creer que incluso hayan cortado los caños de la cocina, demostrando una violencia y desprecio sin límites. El sentimiento de pena y enojo en la comunidad de Zajon de Oyuela es palpable.

Son varios los vecinos y miembros de la capilla que han expresado su indignación ante estos hechos, lamentando la falta de seguridad en la zona y exigiendo acciones por parte de las autoridades para resolver esta problemática que afecta no solo al ámbito religioso, sino a toda la comunidad.

La capilla Cristo Rey, símbolo de fe y encuentro comunitario, se encuentra sumida en un clima de inseguridad y tristeza. Los fieles, junto a las autoridades correspondientes, buscan respuestas y soluciones para evitar que estos robos sigan ocurriendo y además recuperar los objetos de valor que les han sido arrebatados una vez más.