El martes 23 por la noche, el robo de un auto en la costanera de Viedma generó sorpresa para el dueño -un médico que a fines del año pasado también había pasado por un violeto robo-, pero también para la sociedad. Porque se trata de un proceder que empieza a verse con más frecuencia y, lo que es peor -al menos en este caso-, es que no hay indicios de lo que pasó con el vehículo.

En hechos anteriores siempre apareció, pero en este caso no hay indicios. Es un misterio total y esto genera incertidumbre. Sobre todo, porque en estos días se dieron episodios calcados en distintos lugares de la provincia. Según informó Darío Cárdenas para Radio Noticias (105.5) hay una cierta preocupación de las autoridades competentes. 

El temor es que se convierta en una modalidad que llegue para quedarse. Pero apuntando a este caso ocurrido en la capital rionegrina, Cárdenas explicó: "Llama la atención, por lo menos, hasta lo que se va dando hasta ahora. No se dio con el vehículo y tampoco no se determina de qué manera lo pudieron abrir...si es que tenían algún inhibidor de alarmas o forzaron alguna puerta".

En la charla con Jorge Olivero, remarcaron que, más allá de poder abrirlo de la forma que sea, luego viene la parte de ponerlo en marcha para llevárselo. Hoy no es tan fácil como pasaba con los vehículos de otras décadas, que arrancando dos cables que estaban a mano se hacía puente. Eso ya es parte de las películas.

¿Qué se cree? Que quienes están detrás de esto son profesionales de este tipo de delitos, que no son improvisados. Por eso la preocupación. "Lo que hablamos es que más allá del inhibidor de alarma, tiene que haber otro tipo de mecanismo como para poner en marcha estos vehículos. Hay que ver...no tomemos como natural que un vehículo lo hayan robado y todavía no aparezca en Viedma".