La IA que conecta a los vivos con los muertos: comunicarse desde el más allá

En el mundo de la inteligencia artificial, siempre se están descubriendo nuevas aplicaciones para ella. En esta ocasión, se ha desarrollado una app muy singular que permite simular ser una persona fallecida y, de esta manera, poder seguir comunicándose con sus amigos y familiares desde el más allá.

Esta innovadora herramienta, que puede resultar conmovedora para muchos, ofrece la oportunidad única de poder escuchar una vez más la voz de aquellos seres queridos que ya no están físicamente presentes. Sin embargo, esta nueva forma de comunicación plantea interrogantes sobre las consecuencias psicológicas que podría tener, en especial para aquellos que aún se encuentran transitando el duelo.

La empresa StoryFile ha sido la encargada de llevar a cabo este fascinante proyecto que combina entrevistas en video de personas en vida con el uso de la inteligencia artificial. De esta manera, se genera un avatar que, incluso en el futuro, permite la interacción con el ser querido fallecido.

La plataforma de StoryFile ha logrado captar la atención de más de 5.000 usuarios, ofreciendo un servicio que se adapta a los diversos presupuestos, variando el costo según la cantidad de preguntas que se incluyan.

Pero no es la única empresa que ha incursionado en este tipo de tecnología. Otras compañías como HereAfter y Replika también están utilizando la inteligencia artificial para crear versiones digitales de personas fallecidas, permitiendo que sus seres queridos puedan interactuar con ellos a través de chat, voz o video.

Incluso en China, este negocio está en auge, con empresas que aseguran haber creado miles de avatares digitales a partir de tan solo 30 segundos de grabación audiovisual del fallecido.

Pero, a pesar de las muchas ventajas tecnológicas que esto podría ofrecer, los psicólogos advierten sobre los posibles riesgos emocionales. Aunque al principio puede parecer un alivio poder interactuar con un avatar digital de una persona fallecida, existe el peligro potencial de desarrollar una dependencia emocional y una adicción, interferiendo así con el proceso natural de duelo.

Además, este tipo de tecnología plantea importantes desafíos éticos y legales. Se deben considerar aspectos como el consentimiento y la manipulación de la identidad de las personas ya fallecidas. El adecuado consentimiento es indispensable para evitar problemas legales en relación a la posesión de datos.

En definitiva, la inteligencia artificial ha abierto un nuevo camino hacia la comunicación más allá de la muerte. Aunque puede parecer una forma innovadora de mantener un vínculo emocional con quienes ya no están, es importante considerar las implicancias psicológicas y éticas que conlleva.