El Gobierno prohibió una investigación de la ballena franca austral porque le generaba ruidos a la exploración petrolera

El Gobierno argentino ha generado controversia luego de prohibir a Greenpeace y a científicos del Instituto de la Conservación de Ballenas (ICB) realizar una investigación científica sobre la ballena franca austral en el mar Argentino.

La prohibición fue justificada por la posibilidad de generar ruidos e interferir en las actividades de prospección sísmica o "bombardeos acústicos" de la compañía petrolera noruega Equinor.

En un comunicado oficial, publicado por el Consejo Federal Pesquero, se denegó el permiso de navegación del velero Witness, que tenía como objetivo obtener información sobre cómo la prospección sísmica afecta a esta especie, considerada Patrimonio Natural de la Argentina.

Según el documento, se argumenta que no debe haber interferencia en la navegación del buque BGP Prospector, que se encuentra realizando "bombardeos acústicos" para mapear el fondo marino en búsqueda de yacimientos petroleros y de gas. Esta prospección sísmica utiliza cañones de aire comprimido que generan fuertes ondas sonoras y pueden alcanzar un radio de hasta 300.000 kilómetros cuadrados.

Estas ondas sonoras, que pueden llegar a alcanzar entre 215 y 260 decibeles, causan serias lesiones en especies marinas como la ballena franca austral, la cual utiliza su sistema auditivo para desplazarse y reproducirse. Debido a esto, resultó sorprendente que el Consejo Pesquero prohibiera la navegación de un velero de menor tamaño, señalando que "genera un ruido ambiente que afecta directamente los datos sísmicos adquiridos" por el Prospecto, un buque de más de 100 metros de longitud y que funciona con varios motores.

Esta prohibición ha generado polémica, ya que se trata de una investigación en aguas jurisdiccionales argentinas y las tareas científicas requerían autorización del Consejo Federal Pesquero, liderado por el subsecretario de Pesca de la Nación, Carlos Damián Liberman. Cabe mencionar que el pedido para navegar fue presentado por la Embajada del Reino de los Países Bajos en Argentina, debido a que el velero Witness es de bandera holandesa.

Esta decisión del Gobierno argentino ha sido criticada por organizaciones ambientalistas y científicos, quienes consideran que la prohibición impide la obtención de información crucial sobre el impacto de la prospección sísmica en la ballena franca austral y su conservación como especie protegida.