VIEDMA
| 19/11/2023Impacto y aprendizajes dentro de los roles y estereotipos de género

Repensarnos es un espacio con perspectiva de género y diversidad que desarrolla el Gobierno de Río Negro. Mediante una serie de podcast, esta producción busca informar a la población respecto de temas y conceptos vinculados a la temática.
Uno de los capítulos aborda los roles y estereotipos de género y la encargada de brindar detalles es Constanza Pozzi, referente de diversidad sexual.
¿Qué son los roles de género?
Los roles de género en la sociedad definen cómo se espera que actuemos, hablemos, nos vistamos, nos arreglemos y nos comportemos según nuestro sexo asignado al nacer. Por ejemplo, se espera que las mujeres y las niñas se vistan de forma femenina y que sean educadas, complacientes y maternales. A su vez, se espera que los hombres sean fuertes, agresivos e intrépidos.
Cada sociedad, grupo étnico y cultura tiene expectativas en relación con los roles de género, pero estos pueden variar mucho entre un grupo y otro. También pueden cambiar con el tiempo dentro de la misma sociedad. Por ejemplo, en los Estados Unidos, el rosa era considerado un color masculino y el celeste, un color femenino.
¿Cómo afectan los estereotipos de género a las personas?
Un estereotipo es un prejuicio o creencia ampliamente aceptado sobre una persona o sobre un grupo, que suele ser una simplificación excesiva y que no siempre es preciso. Los estereotipos acerca del género pueden hacer que se trate de manera desigual e injusta a otras personas por su género. Esto se llama “sexismo”.
Hay cuatro tipos de estereotipos de género básicos: Características de la personalidad: por ejemplo, usualmente se espera que las mujeres sean complacientes y emotivas, y que los hombres sean seguros de sí mismos y agresivos. Comportamientos domésticos: por ejemplo, algunas personas esperan que las mujeres se encarguen de la niñez, cocinen y limpien la casa, mientras que los hombres se encargan de las finanzas, del automóvil y de las reparaciones del hogar.
Ocupaciones: algunas personas asumen rápidamente que la docencia y enfermeras son mujeres, mientras que quienes se dedican a la medicina, a la ingeniería o a volar aviones son hombres.
Aspecto físico: por ejemplo, se espera que las mujeres sean delgadas y elegantes, mientras que se espera que los hombres sean altos y musculosos. También se espera que los hombres y las mujeres se vistan y se arreglen de acuerdo con los estereotipos de su género (los hombres con pantalones y pelo corto, y las mujeres con vestidos y maquillaje).
"Detrás de los mandatos sociales de los que es ser mujer y ser varón se puede encontrar la raíz de la violencia de género y la invisibilización de otras identidades que no caben en este binarismo. Identificar y cuestionar estereotipos es el primer paso para terminar con las desigualdades", sostuvo.
"No es tan obvio que lo primero que se nos ocurra al comprarle un juguete a una nena sea una muñeca o una pelota a un varón. ¿Casualidad?, no creo, por eso este ejemplo permite ver cómo hay patrones sociales y culturales muy arraigados, que se reproducen naturalmente y determinar lo que deben ser, hacer y hasta preferir, según su sexo biológico, sin lugar para diversidades", agregó.
Asimismo, reflexionó: "De una mujer se espera que sea femenina, que tenga gestos suaves, que sea sensible y amable, mientras quepor el contrario, se espera en un hombre que sea fuerte, dominador, seguro, que no demuestre sus emociones. Si bien estas diferencias entre géneros pueden variar de una sociedad a otra, tienen una idea en común. Hay una parte fuerte y otra débil, una pensante y una sentimental".
"Por estos motivos los roles de género impactan en la educación de las niñeces, en la división sexual del trabajo, en la feminización de determinados sectores laborales, en los tipos de identidades posibles más allá del binarismo y otras consecuencias. Los estereotipos de género son modelos sociales establecidos sobre conductas esperadas para varones y mujeres", manifestó.
A modo de cierre, señaló: "Estas afirmaciones no solo están sustentadas en mitos y nociones prejuiciosas, sino que históricamente generaron situaciones de discriminación. Si bien se modificaron muchos de estos prejuicios, aún persiste un gran número de expectativas de género para varones y mujeres, que resultan discriminatorias en la vida cotidiana. Muchas veces se reproducen de manera inconsciente porque están naturalizadas".