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30/09/2023

El maestro Spelzini pasó por Radio Noticias: "Lo difícil no es mover los dedos rápidos, sino transmitir algo"

El músico de amplia trayectoria contó sobre su desarrollo desde Rosario, pasando por California y hasta el desembarco en Viedma. Hizo un paralelismo con la vida de los deportistas y valoró la accesibilidad a este arte ya desde temprana edad en los chicos rionegrinos.
El maestro Spelzini pasó por Radio Noticias: "Lo difícil no es mover los dedos rápidos, sino transmitir algo"
El maestro Spelzini pasó por Radio Noticias: "Lo difícil no es mover los dedos rápidos, sino transmitir algo"

Siguiendo el bloque musical de todos los sábados en "Un Día Cualquiera", por Radio Noticias (Fm 105.5), esta mañana nos visitó el maestro Leonardo Spelzini, músico de La Filarmónica de Río Negro y del ensamble Viento Sur y capacitador del programa Orquestas y Coros de Río Negro.

El talentoso violinista es oriundo de Rosario, tuvo un paso por California donde se perfeccionó y luego desembarcó en Viedma, su segunda cuna.

En primera instancia, relató: "En el año 1998 y 1999 había un futuro un poquito complicado en Argentina, había terminado la Escuela de Música, luego el Profesorado, había titularizado como profe de Música y siempre estuvo en mí desde chiquito este chip de pasar un tiempo afuera del país y si era para perfeccionarme mucho mejor. Llegué con una mano atrás y otra adelante, no soy ese que se fue becado y sabiendo inglés, me fui con 100 dólares en el bolsillo y no sabía nada de inglés".

"Fueron seis años ahí que me permitieron entrar por la ventana a distintos lugares, tomar clases con la Filarmónica de Los Ángeles, tocar en orquestas de universidades y todo golpeando y empujando las cosas. Fue una experiencia hermosa", detalló y completó: "Estar con otras culturas te abre muchísimo la cabeza y te hace pensar que no hay una sola manera de hacer las cosas, que hay costumbres que no son mejores ni peores pero te hacen salir del piloto automático que tenemos a veces".

En cuanto a su relación con la música, describió: "Desde que tenía seis años apareció una flauta dulce en mi casa y desde ahí empecé a tocar, con una profesora que ahora está radicada en Bariloche. Ella tocaba la flauta traversa, que no podía tomarla por el peso de mi edad y a los 10 años le dije que quería tocarla, así empecé. Ya de entrada por suerte tuve excelentes profesores, con Gabriel Leo que se acaba de jubilar como solista en la Sinfónica de Rosario, con su tío Juan Curaba, y siempre tuve profesores que no sólo se preocuparon por la cuestión musical y técnica, sino también desde lo humano y desde la formación de una persona".

Sobre su Rosario natal, que siempre estuvo y está cerca, mencionó: "Se respira mucha cultural, es una ciudad que te moviliza mucho. Es una ciudad muy grande que todavía convive con lo de un pueblo grande, conocés a mucha gente y sigue ocurriendo que no sos un número inidentificable cuando caminas por la calle, como pasa con el movimiento de Buenos Aires. Conserva esa cuestión de aldea y de comunidad cercana".

Respecto a su día a día, Spelzini remarcó: "A mí me tiene bastante ocupado la Filarmónica, los ensambles y el programa Orquestas y Coros del Ministerio de Educación, donde tengo el privilegio de coordinar las orquestas y los coros que están distribuidos en la provincia. A eso hay que sumarle que como músico estudio dos o tres horas por día, es como el deportista que tiene que entrenar. Nosotros practicamos diariamente, no sólo lo que tenemos que tocar en los conciertos venideros, sino también por una cuestión física, para mantener la musculatura fina, la cabeza musical despierta y todo lo demás".

 

Su enojo con la música clásica y su vuelta recargada

En otro tramo de la charla, el flautista recordó: "En un momento pasé por el teclado, formé parte de una banda en Rosario que se llamó La Barba del Viejo. Cuando volví de Estados Unidos en ese momento no quería volver, pero por distintos motivos tuve que volver y tuve un conflicto con la música clásica, me peleé con la música clásica y después descubrí que es algo habitual que le pasa a casi todos los músicos de la música clásica, que quieren revolear el instrumento a la mierda. Después lo retomé desde otro lugar".

En ese período, citó: "La Barba del Viejo era una banda de rock pop que sonaba bien, éramos músicos formados, pero siempre volví a la flauta. Desde chiquito siempre supe que iba a terminar siendo flautista de una orquesta, supuse que podría ser la Orquesta de Rosario o una de Europa, pero siempre supe que iba a ser flautista. A mí siempre me gustó la música orquestal, porque tiene características distintas a cuando uno es solista".

Ese poder de convencimiento dijo que "es indispensable" para estudiar todos los días, ya que "los días empiezan a ser la película de El Día de La Marmota, con un repertorio técnico que es siempre el mismo, en la música no hay ningún don, son horas culo sentado practicando y sí por ahí es un don tener un objetivo claro, para poder atravesar todo lo que se necesita para hacerlo, con la mirada fija".

"La Organización Mundial del Trabajo dice que sólo el 8 por ciento de las personas trabajan de lo que realmente quieren y me considero uno de ese 8 por ciento de privilegiados", añadió.

"Mi pelea con la música clásico duró dos o tres años, pero ayudaron para incorporar cuestiones que hay entre ésta forzada división entre la música popular y la académica. La música popular a mí me aportó un montón de cosas que no me las aportó la académica. A mí me tocó ver a los Rolling Stones en el Estadio de Los Ángeles, cumplían 40 años, Mick Jagger subió a cantar Start Me Up y el tipo me siguió transmitiendo cosas... y yo notaba que en la música académica la partitura no me estaba transmitiendo", precisó.

"La música popular transmite cosas que no siempre las tiene la música académica y es fácil irse por la tangente con firuletes tecnicistas o fórmulas que sabemos que funcionan, cuando estás comunicando. Ese fue un hermoso aporte y sigo escuchando muchísima música popular", puntualizó.

Cuestión de transmitir

Después de interpretar el Estudio Tanguístico 4 para flauta de Astor Piazzolla, Spelzini pronunció: "Los músicos pasamos por un momento como los deportistas donde queremos demostrar nuestras habilidades técnicas, en el fútbol te pones los botines blancos para que todos te miren y después te das cuenta que por lo más difícil no es mover los dedos rápidos, sino poder conectarse de una manera adulta y controlada y transmitir algo".

En este sentido, agregó: "Tampoco te podés pasar de mambo, porque cuando dejas de ponerle emoción y le ponés sentimientos estás en un problema grave, una cosa es mostrar o emular una emoción y otra es meterte por demás en esa sintonía. En todas las artes pasa esto, salvo en el pintor que luego se desprende de la obra".

"El público es indispensable, nunca tocas como en tu casa porque el público te retroalimenta de una manera donde tomas riesgos y en tu casa estás en una zona de confort", subrayó.

Acto seguido, se metió en la cuestión de los más chicos: "Que tengan acceso en edad escolar a la música de calidad es impagable. Yo viviendo en Rosario, que es una de las ciudades más grandes de la Argentina, no había tocado nunca en una orquesta y me fui a los 22 años a Estados Unidos. Ahora sí hay orquestas universitarias, juveniles e infantiles y hoy los chicos tienen la posibilidad de ir a una orquesta o a un coro y empiezan a formar parte".

Puntualmente, Spelzini se mostró muy contento con las políticas culturales de Río Negro, ya que los más pequeños "tienen la posibilidad de ir en orquesta y rotar por las distintas partes de la provincia, para acercarse a la gente y no que la gente se acerque" y sentenció: "Esto no solamente está cambiando el presente, sino también el futuro porque Río Negro va a ser un polo de la música en el país".

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