Balogh, el viedmense que con Forrajetecnol competirá en la final de Emprendedores Río Negro: “Surgió de una necesidad”
El programa Emprendedores Río Negro, que busca incentivar a emprendedores provinciales, está llevado adelante una nueva edición. El concurso avanza y a fines de setiembre se elegirán los tres proyectos ganadores. Uno de los que va en busca de esos lugares es de Viedma: Forrajetecnol.
Ante la expectativa por lo que se viene sobre esto que es llevado adelante por Banco Patagonia y la Fundación Nobleza Obliga, Radio Noticias (105.5) charló con el dueño de la pyme viedmense dedica al cultivo hidropónico, Juan Andrés Balogh. “Mi emprendimiento surgió de una necesidad de alimentar a mis animales en una época de sequía”, explicó.
“Comencé de apoco, mirando por Internet cómo se podía hacer...sigo mucho los documentos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -Food and Agriculture Organization- su nombre original). Y encontré que este tipo de forraje se usó cuando explotó la planta nuclear de Chernóbil, para alimentar a los animales, y lo usaron también en Chile cuando explotó el volcán Lanín, y con eso pudieron salvar a los animales”, agregó.
Su primera impresión, apenas empezó a trabajar en el tema y darle de comer eso a sus animales, fue alentadora. “Enseguida noté cambios, también pude salvar a mis animales”. Y aclaró: “Se llama hidropónico porque no lleva tierra, pero tampoco hay agua circulando, sino que logramos que haya humedad, y no agua. Es mínima el agua que se utiliza. Por eso siempre digo, Hidropónico no sé hasta qué punto, porque no es como el tema de las verduras, que hay un agua circulando, le agregan químicos o fertilizantes. En este caso nada de eso...es humedad, semilla y tecnología, que eso sí hace falta”.
Sobre los primeros pasos hasta conseguir el producto, explicó: “Usamos la semilla de bolsa blanca, la que no pasó por laboratorio...se puede usar, pero este tipo de forraje (el que hace él) la semilla que tiene el vecino funciona. Se le hace un tratamiento, se lava por si tiene restos de tierra, y demás. Se desinfecta para entrar al módulo, y se hidrata...dependiendo del tipo de semilla (nosotros trabajamos con maíz, trigo y avena. Ahora incorporamos cebada) es el tiempo de hidratación. Una vez hidratada se deja a oscuras para que la semilla piense que está enterrada, y ahí da la raíz”.
“Cuando ya dio la raíz se pasa a bandeja, con un ambiente controlado, con luz de crecimiento, la desinfección, y ahí empieza el ciclo de crecimiento. Es un espacio cerrado, como un laboratorio. Tiene que ser muy higiénico para que no genere ningún hongo ni nada, porque las condiciones son las ideales para que se generen hongos, por la temperatura y la humedad”, enfatizó.
Remarcó que en un periodo de 10 días ya tiene el producto con un crecimiento de unos 25 centímetros. “Por ejemplo, en mi caso, cuando sufrí la sequía compraba rollos, pero no podía salvar a mis animales y además era un producto caro. Me salía en aquel entonces un rollo lo mismo que un cordero. Me duraba 4 días y los animales se quedaban con hambre. Nos los calmabas. En ese tiempo, con cuatro bandejas de este forraje por día, si los calmé. En ese momento no era el módulo, era una piecita que tenía abandonada, y ya se quedaban ahí”.
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