La problemática de la basura a reciclar presenta en algunos Puntos Verdes de la ciudad donde el revoltijo es moneda corriente, muestra una imagen de cierto desorden entre quienes llegan hasta ahí, y no tienen la costumbre hogareña de la separación en origen de entre los "húmedos" y los "secos".

Se dice por ahí que la calle debiera ser una extensión de las viviendas familiares, pero no es así, sobre todo porque al llegar el material a reciclar a la planta GIRSU de la que viven numerosas familias, existe un doble trabajo.

Así lo confirmó a NoticiasNet, Mariela Reyes de la cooperativa Cotranvi, que opera la planta ubicada detrás del barrio 30 de Marzo de esta capital donde en la actualidad, se llevan procesados allí más de 83.000 kilos en forma diaria de plásticos, vidrios, papel o cartón.

Hay que tomar en cuenta que el reciclador lleva consigo muchas veces, el peso del estigma de recorrer las calles, verificar entre las bolsas de basura y sortear las noches –el mejor momento para recuperar el material sin perturbar a nadie–, o como hoy acompañado de una cinta, que le da una mejora a la forma de separar, para poder luego reciclar.

En la planta GIRSU se señala que la separación de residuos en los propios hogares, es el paso más importante de la primera etapa, y de ello depende el éxito de las siguientes, aunque se advierte que hay falta de conciencia en la comunidad.

Reyes explicó en ese sentido que llegan pescados, mugre y hasta un perro muerto, con lo cual existe en la planta “un doble trabajo, a veces hay que parar la cinta transportadora, y esto (el procesamiento) lleva más tiempo.

Frente a esta situación consideró como mensaje de concientización que la idea es que la gente “se empiece a educar, y que solo lleve los secos” a los Puntos Verdes con que cuenta la ciudad y el balneario El Cóndor.