TURISMO EN LA COMARCA

| 10/04/2023

Patagones, un recorrido de lujo por calles con historia

Patagones, un recorrido de lujo por calles con historia

Carmen de Patagones es un remanso que toma mayor relevancia al recibir visitantes, a quienes se les abre las puertas mediante circuitos turísticos para encontrarse con la historia de la Patagonia y la Argentina.

Todo comienza en la calle J.J. Biedma, frente al muelle, cuyo trazado data de 1779 porque “por esos caprichos de la historia” el fundador de Viedma y Patagones tuvo que mudar a la margen norte a los colonos que se habían asentado en la margen sur –cerca del Centro Cultural de la capital rionegrina-, a raíz de una inundación ocurrida durante el invierno de ese año, recordó el guía turístico, Alejandro Sangrá, un verdadero libro abierto que coordina el circuito histórico por la ciudad maragata en conjunto con la Dirección Municipal de Patagones.

Una de las primeras puntualizaciones fue hablar del gentilicio. Es que los primeros colonos que se asentaron en lo que hoy es Carmen de Patagones fueron humildes familias españolas provenientes de Galicia, Asturias y fundamentalmente de Castilla y León. En especial, de una pequeña región al noroeste de León, conocida como La Maragatería. Tan significativa fue la influencia de este grupo que hoy se reconocen a los nacidos en Carmen de Patagones como maragatos.

“Aquí, se formó el barrio portuario”, señala frente a los turistas de Mar del Plata, Darregueira, Las Grutas y lugareños, quienes concretaron el último circuito en el marco de una típica caminata por una porción de las 24 manzanas que componen el casco histórico. Un lugar de postal, precioso y diferente.

Sangrá invita a entrar en un túnel yendo de épocas de prosperidad con la producción de carne salada que se enviaba a Inglaterra, y de agobios con la guerra contra el Imperio portugués-brasileño.

Recordó que esta población desde que Francisco de Viedma bajó del barco junto a los primeros colonos “estuvo inserta en el predominio indígena centenares de años, y el único punto de contacto era el puerto de Patagones y el río de la Plata. El barrio portuario (desde la calle J.J.Biedma) fue movilizador de las finanzas, gran animador comercial donde confluían gallegos, caciques y afro-descendientes”.

Hay datos y curiosidas que muestran los documentos y las historias orales, y que se volcaron en la caminata. Los integrantes de los pueblos originarios (Tehuelches) ya sabían de la llegada de los colonos, y a pesar de las señas con fuego en la desembocadura del río Negro, el piloto Basilio Villarino, equivocó el rumbo y los llevó primero a San José (península de Valdés) y como el riacho era un manantial no les convenció hasta que hallaron el gran desagüadero (río Negro) que les aseguraría producción de carnes y vegetales con su riego. “La fundación (de Mercedes de Viedma y de Carmen de Patagones) fue acordada con los indígenas”, apuntó.

Mientras el guía muestra el edificio del museo Ema Nozzi, cuenta que allí se montó el primer hospital, y luego los lleva al rancho Rial, donde esa vivienda que se mantiene en pie y fue restaurada en 2005, tiene en su patio unas cuevas donde vivieron los primeros pobladores.

Contó además que los colonos al consolidarse en 1820, se transformaron en comerciantes, y muchos pasaron de productores a comerciantes, y de las cuevas “a vivir en palacetes” como el rancho Rial.

Luego puso en valor a la torre del Fuerte del Río Negro desde donde se proyectó la defensa del territorio contra la invasión del Imperio. Hay que tomar en cuenta que por esos reveses de la historia, del fuerte lo único que queda en pie es la torre porque el resto de la fortificación fue demolida. La anécdota es que el fuerte y la torre fueron construidos con materiales locales, ladrillos de arenisca proveniente de una cantera de las barrancas maragatas.

Si bien todo el relato y la caminata tienen su atracción, la recorrida tiene un párrafo aparte, la del ilustre maragato Luis Piedra Buena, quien plantó soberanía en el sur argentino, y se encuentra en un lugar deslumbrante del templo parroquial donde también se encuentran las banderas arrebatadas al Imperio. Hasta allí llevó a los visitantes el historiador Sangrá, quien luego culminó la recorrida en La Carlota. Está ubicada en la calle Bynon y Mitre del poblado Histórico de Carmen de Patagones, y es una de las viviendas más representativas de la arquitectura popular en la ciudad, la cual a través del tiempo ha adquirido notable significancia para los maragatos. No se conoce la fecha exacta de construcción pero si se sabe fehacientemente que a principios de la década del 1820 se levantaron tres viviendas de similares características: Rancho Rial, Casa de la Cultura y la que nos ocupa. Es fiel testimonio del naciente proceso económico y social acontecido en la aldea de Patagones tras su vinculación económica con Buenos Aires,  pues la economía del saladero en el Río de la Plata atrajo a negociantes que llegaban a la zona en busca del producto de las ricas salinas, animales para la faena y mano de obra. En ese contexto, se establecieron también saladeristas, hacendados y comerciantes.

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