25/03/2023

Conocé la historia de la Criminalística en Argentina

Por el Licenciado en Criminalística Walter Ángel Muñoz.

Conocé la historia de la Criminalística en Argentina

En la entrega anterior realicé una breve reseña de los orígenes de la Criminalística en el mundo, como indiqué al final del escrito en esta entrega haré una introducción sobre lo que fue la evolución de la Criminalística en nuestro país, que por cierto es una historia muy rica e interesante.

Está llena de grandes hombres que forjaron los caminos que hoy aún se transitan para llegar a conocer la verdad objetiva de manera metódica y científica. Uno de los primeros en ser reconocido por sus logros en la especialidad fue el servo-croata Iván Vučetić Kovacevich, quien nació el 20 de julio de 1858 en Lesina, localidad de la isla de Hvar, mar Adriático. En ese entonces, el Imperio Astrohungaro, hoy Croacia. Allí se lo llama el Sherlock Holmes de Hvar, y se conserva la casa donde vivió, la cual es utilizada con fines turísticos, incluso existe un árbol que el propio Vucetich plantó.

Emigró a sus 24 años a la Argentina con su hermano Martín. Al nacionalizarse cambia su nombre por el de Juan Vucetich, se lo recuerda como un hombre bueno y cordial, educado, humilde y muy inteligente. Su primer trabajo fue como capataz de una cuadrilla de obreros de Obras Sanitarias de Buenos Aires. Hacia 1888 se radica en la ciudad de La Plata y comienza a trabajar en la oficina de Estadísticas. Luego, en la oficina de Contaduría de la Policía de Buenos Aires con un sueldo de 30 pesos, con el cargo de “meritorio”. Esa era una designación pseudo-oficial que se atribuía al vigilante o agente de policía alfabeto, ya que sabía leer y escribir, sin plus ni suplemento remuneratorio alguno.

Para ese entonces Sir William Herschel en India, y Henry Faulds en Japón realizaban sus estudios sobre las líneas digitales con fines de identificación dactilar. El primero de ellos toma su propia impresión digital y repite el procedimiento, con el mismo dedo, 28 años más tarde comprobando la persistencia a través del tiempo del diseño. Ese aporte es importante para la identificación, ya que se prueba que el diseño dactilar no cambia a través del tiempo: es “inmutable”. Se lo establece como uno de los pilares de la papiloscopía por la comunidad científica.  Henry Faulds, (médico escoses) por su lado, estudia la aplicabilidad del estudio de las huellas digitales al ámbito criminalístico y publica en la revista “Nature” un artículo sobre dos casos criminales en que se habían utilizado las impresiones digitales con fines identificativos, uno con resultado positivo y el otro negativo.

La Policía argentina consideró que era necesario instalar una oficina que se ocupara de las funciones relacionadas con la identificación de las personas y comisionó al doctor Augusto P. Drago para estudiar el método establecido por Alphonse Bertillón. Drago elaboró un informe y, en base a él, se crea una dependencia policial dedicada a la identificación antropométrica. En el año 1891, Henry Varigny, publica en una revista un artículo analizando y efectuando comentarios relacionados a un artículo escrito por Francis Galton unos años antes. El artículo es entregado a Vucetich, con instrucciones de analizar la posibilidad de aplicar la identificación dactiloscópica en delincuentes. Él se carteaba con Francis Galton, primo de Charles Darwin. Galton había desarrollado interesantes avances en el estudio de la eugenesia, y también se había dedicado al estudio de los diseños dactilares. El fisiólogo checo Jan Purkinje también trabajaba en la inmutabilidad de los diseños, incluso de la planta de los pies. Aquí Vucetich se dedicó de lleno a buscar un modo de clasificar las impresiones dactilares y ese profundo estudio, lo llevó a confirmar que los dibujos papilares podían ser clasificados por grupos. Denominó al nuevo procedimiento de clasificación, como “Icnofalangometría”. Constaban inicialmente 101 tipos o diseños dactilares que se guardaban por separado en muebles con cajones de madera, debidamente sectorizados por series y secciones.

También inventó los elementos necesarios para tomar la impresión de los dibujos dactilares de los dedos de ambas manos y puso en práctica todo cuanto fue necesario para sistematizar y hacer lo más simple y practico posible el método.

El Dr. Francisco Latzina, oriundo de La Plata, estimando que con una palabra más corta, y también de origen griego se podía nombrar a este método, propuso el uso de “Dactiloscopía”, que se compone de daktilos (dedo) y skopein (examinar), vocablo que está actualmente en uso. Luego Vucetich hace un gran avance en su propósito de simplificación y establece la clasificación en 4 “Tipos Fundamentales” a los que nombró Arco, Presilla Interna, Presilla Externa y Verticilo. Es por ello que se lo considera un sistema eminentemente deltico.

En 1892, la localidad de Quequén se vio conmocionada con el horrible crimen de dos niños: Felisa y Ponciano, de 4 y 6 años que habían sido degollados. Su mamá Francisca Rojas tenía una herida superficial en su cuello y acusó a un vecino que juró su inocencia. Fue el comisario inspector Eduardo Álvarez quien cortó dos pedazos de una puerta que tenía manchas de sangre y se las envió a Vucetich. Éste, aplicando su método, comprobó la culpabilidad de la mujer, quien finalmente confesó que prefirió matar a sus hijos antes que entregárselos a su marido de quien estaba separada.

El 1 de septiembre de ese año, el método de clasificación de Vucetich comenzó a aplicarse oficialmente para la individualización de las personas, con el registro de las huellas dactilares de 23 procesados. Luego llegó a 3600 identificaciones y más tarde se tomó esa fecha como “Día del Criminalista” en su honor.  El propio Vucetich formó a operadores en la toma de impresiones digitales como se puede ver en la imagen.

Los aciertos en la investigación policial, mediante el sencillo y eficiente método dactiloscópico de Vucetich, impulsaron al gobierno a generalizar el procedimiento de filiación. A principios de siglo se extendieron las primeras cédulas de identidad en Argentina, además se registraba dactiloscópicamente a los policías, los empleados públicos, los cocheros, carreros, servicio doméstico y prostitutas, entre otros.

Para 1903 ya se disponían de 600 mil fichas y desde comienzos del siglo XX las huellas dactilares comenzaron a aparecer en los documentos personales. Y con el servicio militar obligatorio, a cada hombre que se incorporaba se le tomaba el registro correspondiente. El método Vucetich se difundió por todo el mundo como técnica identificatoria.

Su obra “Dactiloscopia Comparada”, de 1904, es considerada como su trabajo principal y fue el medio por el cual recibió premios y menciones en todo el mundo. Fue presentada ante el Segundo Congreso Médico Latino Americano. En su introducción Vucetich agradece a las personas que lo ayudaron a crear su obra diciendo “Réstame ahora, con este motivo, señalar a la alta consideración de E. S. el inteligente y activo concurso que he hallado para este fin, por parte de los empleados Roberto Aspro, Juan Frugone, Nicolás Morel, Prudencio Chaves, Mariano M. Serra, Nicolás Cortiglia, Julio M. Rita y Luis A. Landi, así como también del ex-empleado Tosí María Quevedo y del fotógrafo Federico Triebling, todos los cuales han contribuido poderosamente en la realización de esta obra delicada, en que juega un rol evidente el prestigio de la repartición á que pertenecen.

Dios guarde á E S.. JUAN VUCETICH” dedica también su obra en dicho trabajo al Maestro Mr. Francis Galton.

La fama que tuvo en el país no tiene comparación con la que se había hecho en el exterior, donde alababan la exactitud de su método. Estuvo en Europa, Asia y Estados Unidos en una larga recorrida, costeada de su bolsillo, para hacer demostraciones de sus investigaciones. Hasta el fisco lo aplicó en el Congo Belga, donde sus habitantes hacían lo imposible por no pagar impuestos, cambiaban de nombre y hasta adoptaban la identidad de otro. El método de Vucetich fue útil para subir la recaudación.

Lamentablemente, el Registro General de Identificación de Personas que había fundado el 20 de julio de 1916 duró poco. Al año siguiente lo cerraron, excusándose en la falta de presupuesto según justificó el interventor bonaerense José Luis Cantilo.

Se casó tres veces. La primera con Felisa Damiani, con quien tuvo a María Teresa, al enviudar contrajo enlace con Lola Etcheverry, y tuvo otra hija, Débora. Nuevamente enviudó y se casó con María Cristina Flores, con quien tuvo tres hijos: María Cristina, Celia del Carmen y Juan Máximo. Al morir, la familia rechazó el ofrecimiento de la policía de velarlo en la comisaría.

La Escuela de Policía de Buenos Aires con asiento en La Plata, actualmente lleva su nombre.

En su Croacia natal su figura es recordada tanto como en su tierra de adopción y su memoria está tan viva como el método de clasificación que lo hizo trascender, lo demuestra un busto con su nombre emplazado en la Isla de Hvar, su lugar de nacimiento.

La Dactiloscopia es solo una de las ramas de la Criminalística, en la que se destacaron los habitantes de estas tierras, los avances de la ciencia en nuestro país también tiene referencias en el análisis de documentos, escritos, impresos, sellados, etc. a través de Scopometría, sistema creado en nuestro País, y de la Balística con la creación de equipos para el análisis de proyectiles entre otros.  En las siguientes entregas haré referencia a estos históricos desarrollos y los hombres que los llevaron a cabo.

Fuentes: Adrian Pignatelli y Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

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