15/03/2023

Cumplía una pena en un centro de rehabilitación, pero volvió a la cárcel porque lo hacían limpiar y rezar mucho

El episodio se vivió en Bariloche y hasta el juez que entiende en la causa se mostró sorprendido.

Cumplía una pena en un centro de rehabilitación, pero volvió a la cárcel porque lo hacían limpiar y rezar mucho

Este martes 14, en una audiencia que se desarrolló en Bariloche, y  que tuvo sentado en el banquillo a Diego Cid, un hombre detenido por estafa y defraudación a una inmobiliaria, se vivió una situación algo extraña. Sucede que tras su confesión y habiendo admitido los hechos, se acordó una pena de dos años de prisión efectiva y, con una tobillera de por medio, fue alojado en una institución en la que podía tratar su profunda adicción a la cocaína. 

El lugar al que lo llevaron fue el Hogar de Dios, pero duró tan solo tres días. Esto llevó a la audiencia virtual mencionada, a la que se llegó porque Cid manifestó que no se le había informado bien de qué se trataba el plan. Al ingresar, -según se quejó- se encontró con que desde que se levantaba lo tenían orando y limpiando. Agregó que no tenía atención psicológica.

El defensor oficial Marcos Ciciarello se presentó ante el juez Miguel Cardella del Tribunal de Impugnación de Río Negro, pidiendo la nulidad del juicio abreviado y la continuidad del proceso bajo un juicio común, subrayando que su asistido había sido inducido al error al momento de confesar. Sin embargo, el fiscal Tomás Soto se opuso firmemente al planteo, señalando que, en realidad, cuando Cid abandonó el centro en el que había sido alojado, manifestó que en el lugar no le permitían fumar ni recibir visitas íntimas.

Lo curioso del caso es que, tras su salida del refugio en el que se encontraba alojado, Cid se presentó espontáneamente en la cárcel para seguir alojado allí. Pero claro, por falta de los trámites de rigor, no le permitieron el ingreso hasta tanto se realizaron los mismos. No todos los días pasa esto, que una persona llegue a una dependencia policial pidiendo ser detenido.

Finalmente, tras escuchar a todos los protagonistas del caso, el juez Cardella se mostró sorprendido por el carácter de las peticiones y se mostró colaborativo para encontrar un lugar en el que Cid pueda concretar un tratamiento contra su adicción, en un centro especializado en el que se cubran todas sus necesidades. Para ello, invitó a las partes a trabajar en los próximos quince días y, en caso de que sea posible, elevar una propuesta para ser analizada. Al mismo tiempo, definió que tomará el plazo legal correspondiente para resolver en torno a la petición defensiva que rechazó la fiscalía, pero acompañó la querella.

El caso que lo llevó a la detención

Según informó El Cordillerano, a través de la acusación que él mismo reconoció, el primero de los hechos ocurrió a partir del 26 de agosto de 2021, “cuando junto a Norberto Gutiérrez y al menos dos personas más, que serían Fernanda Pérez Melendi y Renato Eduardo Gerlach”, engañaron a la víctima con una puesta en escena que culminó con un perjuicio patrimonial.

La puesta en escena consistió en ofrecer un terreno a la venta, con la promesa de futura escritura, a cambio de un precio de 25 mil dólares. Según la pieza acusatoria elaborada por el fiscal Soto, la primera parte del pago la recibieron Pérez Melendi y Gerlach, contra entrega de un boleto de cesión de derechos, mientras que la segunda cuota fue a cambio de una escritura falsa.

Otro de los hechos que lo tuvo como protagonista ocurrió a partir del 31 de enero de 2019, cuando junto a su hermano Ezequiel y Norberto Gutiérrez, realizaron varias operaciones de venta sobre el mismo lote, sin tener los derechos. Primero se lo vendieron a un conocido vecino de la localidad a cambio de: 500 mil pesos, un Subaru Outback modelo 2008, un Renault Scenic modelo 2000, más la suma de 15 mil dólares.

Luego, cuando apareció un legítimo comprador del predio, los hermanos Diego y Ezequiel Cid amenazaron a esa persona y provocaron lesiones a una mujer al lanzarle una madera. Cid ya había cumplido penas en prisión: el 8 de agosto de 2012 fue condenado por robo agravado por el uso de arma de fuego a la pena de 7 años y 6 meses de prisión, mientras que el 24 de octubre de 2017, lo condenaron a tres años de prisión por un robo calificado por efracción.

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