Crimen de Lucio Dupuy: la novia de la madre confesó haberle pegado "varias pataditas en la cola" antes de su muerte

El miércoles 7 de diciembre, en la audiencia número 14 del juicio por el asesinato de Lucio Dupuy, Abigail Páez (acusada del crimen y pareja de la madre del nene) pidió hablar.
Relató cómo había sido el día de la muerte del menor y se negó a responder preguntas. Magdalena Espósito Valenti, mamá de Lucio, prefirió retirarse y no escuchar el testimonio.
Páez dijo que estaba sola con el niño y confesó que lo golpeó “porque se mandó un moco”. “Entonces lo tomé del brazo y le pegué varias pataditas en la cola. Fue todo muy rápido, no sé. Le pegué y no medí dónde, ni sé por qué tampoco. No le encuentro una explicación todavía”, confesó. Luego, comenzó a llorar.
Continuó con el relato: “Sé que lo lastimé, me di cuenta en el momento e intenté remediarlo. Luego, lo alcé y lo llevé a la ducha porque pensé que iba a reaccionar. Él intentaba hablar, estaba consciente todavía. Se bañó parado. Él me intentaba hablar, como para decir algo, pero no le salían las palabras”.
Agregó que vio que Lucio se estaba desvaneciendo, por lo que lo llevó a la habitación. “Era una situación muy desesperante en la que no sabía cómo reaccionar, ni qué hacer para que él se recomponga”, indicó.
“Cuando voy a buscar ropa para cambiarlo escucho un golpe y cuando vuelvo veo que estaba tirado en el piso, sin reacción”, describió. Asimismo, la mujer explicó que intentó reanimarlo, pero aclaró que no sabía cómo hacerlo. “No sé si lo hice bien o mal o si pudo haberlo lastimado más porque no sabía cómo hacer la maniobra como correspondía”, sostuvo.
En este tramo de la declaración, Páez no pudo parar de llorar. “Él vomitó cuando estábamos por salir de casa. (…) Y nada, después lo lleve a la salita. Ahí llegamos al hospital y me dijeron que había fallecido, que no tenía vida”, concluyó.
La imputada manifestó que no tenía intención de matar al nene. De todas formas, los detalles de su versión se contradicen con los resultados de la autopsia. La misma habla de, por lo menos, una decena de golpes que se produjeron el día del asesinato. También mordeduras y heridas mucho más graves, así como signos de abuso sexual de data histórica y reciente.
El 2 de febrero la jueza Alejandra Ongaro y sus vocales, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora, decidirán el veredicto para las dos mujeres acusadas.