Alambre Gonzalez regresó a Viedma para despuntar su vicio por el rock, pero también para disfrutar de su familia y de las bellezas naturales de la capital rionegrina, la misma que en el año 1978 hizo que decidiera quedarse en la ciudad capital rionegrina.

Alambre estará presentándose este sábado junto a la PeterCoper en el predio de la Unter y esta fue una buena excusa para dialogar con un músico que supo tocar con los más grandes del rock nacional y que hoy tiene nombre y peso propio.

En conversación con NoticiasNet, Alambre afirmó que “es un placer reencontrarme nuevamente con Viedma. Hace más de 40 años que vengo porque a la ciudad porque  tengo a mis hijos y nietos, así que estoy muy contento de tocar y hacer un doblete, show y familia”. Los hijos de Alambre Gonzalez son Diego, David y Selva.

Consultado por el show, adelantó que será este sábado en el predio del gremio Unter, en la ex ruta nacional 3, a partir de las 21.

“Voy a estar tocando con la PeterCoper,  acompañando a los muchachos y presentando algunos temas míos. Esto será más que nada una juntada de buena onda, de amigos. Los chicos tienen la mejor, suenan fenomenal y tienen temas muy lindos, así que es una alegría, vamos a pasar una gran  tarde en el predio de la UNTER. Más no se puede pedir”.

Historia

Al preguntarle por sus inicios en la música, expresó que “empecé hace mucho tiempo, a los 9 o 10 años, cuando comencé a estudiar folclore, que era furor en esa época. De hecho fue cuando salieron Mercedes Sosa, Horacio Guaraní y el Chango Nieto, entre muchos otros”.

Recordando aquellos años, Alambre señaló que “mis primeros pasos en la música los dí en el folclore, hasta que de adolescente pude ver a Manal a unas 10 cuadras de mi casa, colgado de una ventana. En esa época tendría unos 15 años de edad, me acuerdo que ahí me encontré con un mundo diferente porque yo venía del folclore”.

A la par de este descubrimiento musical “un muchacho amigo me había regalado Isla de Wight de Jimmy Hendrix, recuerdo que lo escuchaba en un Winco. Todo eso me voló la cabeza. Después pude ver a Pescado Rabioso y me dije quiero ser rockero, entonces alternaba entre los fierros, porque me gustan las carreras de moto, y la música”.

Luego de esta etapa de adolescente llegó la juventud y el acercamiento de los grandes músicos del rock, “eso se lo debo a Juancito Rodríguez que fue el baterista de Sui Generis, de La Pesada del Rock, de Polifemo. Era vecino mío y me llevaba a laburar él, por ejemplo en el final de Sui Generis, incluso fue quien me trajo a Viedma por primera vez en el año 1978”.

De aquella fecha Alambre recordó que “tocamos en el Centro Cultural en 1978. Ahí fue cuando conocí la ciudad y me volví loco con el lugar, con el río Negro, con el mar, con la naturaleza”.

En el marco de su visita a Viedma “me ofrecieron trabajar con la banda Los Milers y también en la agrupación Naranja. Me acuerdo que se tocaba paso doble, rancheras, se trabajaba bien y me daban un lugar para vivir, entonces me quedé”.

En la capital provincial “estuve como dos años y después volví a Buenos Aires, armé mis primeras bandas. Toqué con Pappo en un lugar que se llamaba Acueducto, que era un sótano. Ahí tocábamos con Juan Rodríguez y Alejandro Medina, recuerdo que  venía Pappo y lo veía entrar y era todo muy loco, porque el Carpo es un ídolo para mi, era como verlo a San Martin”.

Luego de varias tocatas “en una dice tráelo al flaco ese, al Alambre y me quedó el sobrenombre. Salimos a tocar en Devoto para los internos, luego salimos de gira y me hice una linda amistad con él, con la mamá, Angelita y con Carlos el padre”.

Después “uno me recomendó a otro y así empecé a trabajar con los más grandes, tuve la suerte de tocar con Javier Martinez, Alejandro Medina y unos cuantos más”.

En los '90 “me llegó el momento de hacer mi primer disco  y me animé a cantar. Con ese disco tuvimos suerte porque se interesó la Emi Odeon que era una disquera fuerte, ahí arrancó la cosa”.

Además, a la par del lanzamiento “hicieron una tirada muy grande de la revista Noticias, un millón por tirada y junto con el ejemplar sacaban un disco. Ahí salió Alamblus, Taxi al Infierno y gracias a esa tirada, que era compliado en donde estábamos con León Gieco, Spineta, etc, hubo un millón de personas me escucharon, eso también ayudó mucho”.

Actualidad

Al preguntarle por su actualidad, Alambre manifestó que “me encuentra más tranquilo, relajado porque hice un montón de cosas. Este año estuve girando mucho por todo el país, de hecho ahora vengo de tocar con los Pappos Blues originales”.

Producto de la intensidad de trabajo de este 2022 “estoy bastante cansado, sobre todo de los micros, aviones, los viajes. Me queda un show más en Buenos Aires (donde vive), termino eso y retomo en enero”.

Después del próximo show, “me voy a tomar unos días de descanso, me vengo para Viedma, pero para disfrutar, para bañarme en el río y para pasarla con la familia porque me hace mucha falta y disfrutar de la ciudad que tanto me gusta”.