Días atrás, una mujer dejó su auto en pleno centro de Viedma, en la calle Buenos Aires, y cuando regresó, se encontró con que le había robado el estéreo. Fueron apenas unos minutos, no se demoró mucho en volver al vehículo, pero en tan sólo ese corto lapso le alcanzó al delincuente para entrar, sacarlo a gran velocidad e irse.

Como suele ocurrir en estos casos, la familia comenzó una búsqueda por redes sociales y finalmente vieron una publicación que les llamó la atención en Marketplace. El ofrecimiento tenía una imagen ilustrativa, pero decía que era igual. Ante esto, se pusieron en contacto, le pidieron las fotos reales, y ahí nos les quedó duda.

Se pautó una compra, se coordinó un horario y una dirección, pero la familia no fue. Antes de dar ese paso hicieron la denuncia en una dependencia policial para que se encarguen ellos. Esta persona dijo estar segura, porque además de reconocerlo visiblemente, vio el código de vinculación de bluetooth en el equipo, el mismo de celular.

Gracias a todo esto, se puso en conocimiento a la fiscal de turno, que, dentro de las directivas, ordenó ir a ese domicilio. Finalmente, gracias a los aportes, pudieron recuperarlo. Se lo devolvieron a su dueña, que se liberó de tener que comprarse otro, ya que no lo tenía asegurado.