El lunes 21, la violencia empañó lo que debía ser una linda jornada de fútbol en la liga femenina. Jugaron Empleados de Comercio y Deportivo Patagones, pero desde el primer minuto los reclamos estuvieron más presentes que las jugadas, triangulaciones y opciones de gol. Se empezaron a protestar todos los fallos, cada vez en un tono más alto, y esa violencia que comenzó dentro del rectángulo se trasladó a las tribunas.

Según se conoció, ante el descontrol generalizado, una familia que estaba viendo el partido fue agredida por personas que estaban cerca. Eso llevó a una indisciplina que no se pudo controlar.  Algunas jugadoras, al ver todo eso, saltaron el alambre y se metieron en la contienda. De inmediato se llamó a la policía, llegaron desde la Comisaría 59° y finalizaron con el tumulto.

A partir de ahí, hubo denuncias cruzadas en la dependencia policial. Se pasan la pelota y se culpan mutuamente desde los dos planteles. Sin embargo, el descargo más enérgico viene desde Empleados de Comercio, que culpan a un integrante del cuerpo técnico del rival por ser el que inició todo esto. “Lamentablemente en el fútbol femenino no se pueda ir en familia”, remarcaron en un comunicado.

“El comportamiento cavernícola, falta de respeto y ética… porque se vio a una persona que tendría que velar por la seguridad de todos, agredir a una persona y a una familia en patota como sucedió y generado, principalmente, por un integrante de un cuerpo técnico, que representa a una institución como el Deportivo Patagones, deja mucho que desear”, continuó.

Para finalizar, se agregó: “Desde la institución que represento realizaremos los descargos y la presentación de toda la información y la documentación que corresponda, para que no se manche el fútbol femenino por los logros conseguidos para que quede en claro que el fútbol es un juego y no una batalla como hoy quisieron imponer ante la vista de todos los que presenciamos el evento. Vamos por un fútbol sin violencia empezando desde adentro de la cancha asumiendo las calumnias que soportaron jugadoras y árbitros y contagiando y motivando para que la gente de afuera genere disturbios”.