El ahora ex-concejal Marco Magnanelli, quien recientemente tomó la responsabilidad de administrar y gestionar “las necesidades y urgencias que hoy tiene la costa marítima viedmense”, brindó detalles de cómo espera desarrollar su tarea.

- ¿Qué lo llevó a aceptar esta responsabilidad, en este tiempo particular de la gestión municipal?

MM: Mi familia tiene una histórica relación con El Cóndor, desde el inicio mismo de su creación como balneario, cuando se negaba a los pobladores de Viedma acceder al mar y un grupo de vecinos y vecinas, entre los que estaba mi bisabuelo, sumaron sus voces para reclamar un camino seguro de acceso a las playas. Desde que soy niño escuché esa historia en las que los propietarios de la estancia cerraban las tranqueras e impedían que los viedmenses llegaran a disfrutar de la costa. Esa es la épica que para mi tiene llegar al mar cada vez que voy.

- Usted era concejal y tenía aún un año en la banca asegurada por el voto popular ¿No es un riesgo innecesario?

MM: Mirá, esa especulación no está en mi cabeza ni por asomo. El intendente me convocó a una tarea para la que cree que puedo aportar y pienso encarar mi trabajo con la responsabilidad que eso implica. Pedro nos da la confianza de saber que jugamos en el equipo del mejor intendente que tuvimos en mucho tiempo. Yo estoy absolutamente convencido de eso, sé lo que tengo que hacer y sé que hay un equipo de gobierno que va a trabajar con los mismos objetivos.

- Pero hay mucha cosas por hacer…

MM: Sí, claro. Hay mucho por hacer. Pero quizá no se tome dimensión de todo lo que hicimos en el último tiempo. Por ejemplo, para decirlo rápido: tanto El Cóndor como La Lobería ahora tienen energía eléctrica trifásica que da estabilidad y seguridad a las instalaciones de los dos balnearios y que permite pensar en proyectos que hasta ahora no se podían ni pensar; hemos puesto a la Fiesta Nacional del Mar y el Acampante en un nivel que jamás tuvo; creamos el centro de interptetación y conservación "Senderos del Monte"; tenemos un nuevo camping en La Lobería con todos los servicios dispuestos; se compró maquinaria vial específica para El Cóndor y se cerró y remedió el basural a cielo abierto que durante más de una década funcionó a escasos metros del histórico Faro del río Negro. No partimos desde un cero absoluto, estamos continuando un trabajo, sobre una serie de logros y compromisos concretados durante la gestión del gobierno de Pedro Pesatti. Vengo a poner mi compromiso y dedicación para reforzar y acelerar algunos procesos, en todo caso no más que eso.

- ¿Dónde espera anclar su trabajo?, ¿Cuál será la principal impronta que le pondrá a su gestión?

MM: No sé si corresponde hablar de mi y de lo que desde lo personal uno puede hacer. Sé que tengo la voluntad para enfrentar problemas y que muchas veces las soluciones a esos problemas se encuentran conversando con quienes justamente los sufren, o bien a través de la observación crítica del conjunto de fenómenos que disparan un conflicto o generan un problema. Por una cuestión personal, también soy una persona a la que le gusta conversar y escuchar a las personas para encontrar acuerdos y también sé que no me gusta quedarme quieto si veo que algo merece ser tratado con urgencia.

- ¿Le va a alcanzar el tiempo que teoricamente tiene hasta el 10 de diciembre de 2023? 

MM: No, claro que este tiempo no va a alcanzar en la medida de lo que uno sueña. Pero lo importante es avanzar y sumar en algunas cuestiones que ya se iniciaron, como dotar de una estación de servicios a El Cóndor, que ya no es sólo un sueño de Pesatti, sino que tiene un camino certero trazado. Además, hay que tener una cosa clara en la función pública, y es que uno no viene a cambiar la historia o a dejar una huella propia, la mayoría de las veces es mejor concentrarse en hacer las cosas cotidianas bien, y sumar lo que sea posible. Insisto, hay mucho que ya se ha hecho en este corto tiempo: Hemos Incorporado al patrimonio de El Cóndor una superficie de la colonia de vacaciones, refaccionamos los baños públicos, dotamos de riego automático a la rotonda principal y estamos arreglando las bajadas que se llevó la última sudestada.

- ¿Por dónde va a empezar?

MM: Creo que ya comencé (se ríe), desde el momento en el que Pedro me insinuó la posibilidad empecé a armar un plan de trabajo basado en las prioridades y la planificación,, pensando en el 10 de diciembre, que es la fecha aproximada en la que siempre se abre la temporada, y en satisfacer otras necesidades vinculadas a demandas que están fuera de la estacionalidad. Seguramente empezaremos a trabajar convocando a los vecinos y vecinas y a distintos actores de la comunidad con incidencia en la vida de El Cóndor, La Lobería y Bahía Creek, pero priorizando y equilibrando la aplicación de recursos para satisfacer a la mayor cantidad de vecinos y vecinas de nuestra ciudad, y también claro de los residentes de las tres villas marítimas.

- ¿Hay algún mensaje que quiera dar a la comunidad en estos primeros días en su nuevo rol?

MM: Uno solo. Creo que debemos pensar empáticamente, sabiendo que el mar y sus costas son maravillas de la naturaleza que todos tenemos derecho a disfrutar, y que en ese sentido debemos buscar las formas de garantizar ese derecho de forma amplia y equitativa, para que todos lo cuidemos en la misma medida en la que lo usamos.  El Cóndor siempre fue un sitio que me convocó y es para mi un gran desafío, Sostener la épica de los primeros pobladores que se acercaron desde Viedma hasta el mar, abriendo camino a otros vecinos, es algo que me estimula y que debemos entender en este nuevo contexto.