Alejandra Licera es una microemprendedora de la ciudad de Viedma que como muchos comenzó con su proyecto durante los meses más duros de la pandemia, cuando había restricciones para salir a la calle y para trabajar.

Convencida por amigos y familiares, un día tomó la decisión y comenzó a comercializar los panificados que hacía en su casa.

Comenzó con la clásica cocina de su casa, pero con el correr de los meses y la ayuda del gobierno de la provincia de Río Negro logró comprar un horno pizzero, así como también una mesa gastronómica.

En conversación con NoticiasNet, la emprendedora comentó cómo fueron sus inicios y su actualidad con este microemprendimiento casero.

Los inicios

Consultada por su emprendimiento, Alejandra Licera comentó que “me dedico a la panificación, empecé vendiendo prepizzas, primero no me animaba, pero  una amiga un día me dijo “porqué no haces para vender que te salen ricas”. Así fue como empecé, también haciendo pasta frola y alfajores”.

Iniciado su proyecto, “un día el dueño de un negocio me dice porqué no haces para vendernos y así fue como comencé vendiendo a ésta persona y de apoco fui sumando amigos y conocidos que me comenzaron a comprar. Cuando me quise acordar tenía ventas grandes. Esto lo hacía de manera particular, en la cocina de mi casa y me llevaba un buen tiempo”.

Teniendo en cuenta que el proyecto marchaba “pedí una mano para poder mejorar el microemprendimiento. Con la ayuda que me dieron pude comprar el horno pizzero y también me compré una mesa gastronómica y ahora vamos por otras cosas más”, aseguró la entusiasta emprendedora.

Al preguntarle hace cuánto tiempo se dedica a la venta de panificados, comentó que “con esto comencé en la época de la pandemia porque no se podía salir a trabajar. Ahora es parte de mi economía familiar, tengo dos hijas adolescentes que me ayudan a pintar las prepizzas y a embolsarlas. Toda la tarea la hacemos entre las tres”.

Si bien reconoció que “también tengo mi trabajo, esto suma para la economía familiar, sobre todo en estos tiempos que no hay plata que alcance”.

Hace unas semanas, “por medio de Desarrollo Social de la provincia de Río Negro obtuve otra ayuda. Presenté el proyecto y por suerte me dieron una ayuda económica”.

Actualmente “hago para la venta pasta frola, pan casero y alfajores durante los fines de semana, en la semana vendo prepizzas”.

Al preguntarle por la forma de comercialización, comentó que “los interesados me pueden contactar por teléfono, por ahora, pero voy a ver si puedo armar algo en redes sociales. Por el momento me pueden ubicar a mi teléfono 2920 542583”.

Si bien no cuenta con movilidad y vive bastante lejos de la zona centro, en el denominado barrio Vial ubicado detrás del CAMU (Centro de Atención Municipal), “algunos pedidos los llevo, hago el reparto en bicicleta, otros los vienen a buscar a casa”.

De todos modos, “si el pedido es en Viedma no tengo problemas de ir y llevarlo, pongo los panes o prepizzas en el canasto y salgo”, aseguró Licera, una destacada emprendedora local.

Impulso

El programa es coordinado por el Ministerio de Desarrollo Humano de Río Negro, y busca que las personas puedan impulsar su propio emprendimiento, o insertarse en el mercado laboral, mejorando su economía.