Por Claudio Andrade

María Elena Delgado, madre de la pequeña Sofía Herrera (3), desparecida hace 14 años de un camping en Río Grande ((Tierra del Fuego), está convencida de que el misterioso nómade, quien dijo saber dónde estaba el cuerpo de la niña y después se esfumó, es una pieza clave para entender lo que sucedió con su hija.

Para María, José Dagoberto Díaz Aguila, un baqueano de nacionalidad chilena que aseguró haber conocido a “alguien” que tuvo contacto con la menor, durante una presentación espontánea en una comisaría de Río Grande, sabe mucho más de lo que cuenta y probablemente esté involucrado en la desaparición de su hija.

Pero el llamado “Espanta la Virgen” se perdió en la inmensidad de la Patagonia y algunos cuentan que está trabajando en estancias de Punta Arenas, a unos 400 kilómetros de la localidad fueguina.

El 28 de septiembre se cumplieron 14 años de la desaparición de Sofía y su madre no resigna la esperanza de encontrarla.

Aquel día se encontraban ella y su familia camino al camping John Goobal (conocido en la actualidad como Camping Norte) y se juntaron con amigos que tenían dos hijos de 2 y 7 años. Este último llamado Néstor sería testigo de la presencia de un adulto en el camping al que describió como “un hombre feo”.

Ya siendo un joven Néstor ratificó a los investigares judiciales que observó cómo una persona de sexo masculino, de rasgos muy llamativos, subió a Sofía a un vehículo gris y se la llevó.

Un 75% de coincidencia entre el identikit y las fotos de Espanta la Vírgen

La descripción que había hecho originalmente Néstor y que años más tarde repitió coincide en un 75% con los rasgos físicos de Díaz Aguila. El croquis elaborado en aquel momento coincide llamativamente con las fotos que se conservan del baqueano.

Si, el mismo que se presentó en una comisaría y dijo conocer a un “amigo” que había visto a la menor. Según Díaz Aguila ella estaba atrapada en una trampa caza zorros y el desconocido la mató y enterró.

“A los 4 años de la desaparición de Sofía, en 2012, este hombre se presenta espontáneamente en una comisaría de Río Grande. Y lo hizo porque, según él, Sofía le tiraba las patas por la noche, o sea lo perseguía”, cuenta a El Cordillerano, María Elena.

“Dijo que la había encontrado un conocido suyo, un capataz de una estancia, en una trampa para zorros y que la mató y la enterró. Pero cuando buscaron a esa persona, de la que dio el nombre, descubrieron que no había estado en la provincia en esa época”, sigue la madre.

“Néstor lo que vio siendo un niño es a un hombre llevándose a Sofía en un vehículo gris, luego nunca encontramos ese Golf gris que el vio. Tampoco había trampas en esa zona. Cuando le pidieron que haga un croquis, el identikit coincidía un 75% con las fotos que se tenían de Díaz Aguila. El mismo hombre que se presentó en la comisaría pudo haberse llevado a mi hija”, explica.

De “Espanta la Virgen” no hay noticias desde 2016. Entre 2008 y 2016 este baqueano, nacido en Castro, Isla de Chiloé aunque radicado en la Patagonia Austral, tuvo una serie de altercados y situaciones que le significaron incluso aparecer en los medios.

En enero del 2016, por ejemplo, el propietario de una tapera que le alquilaba incendió la propiedad para sacarlo de allí porque no pagaba la mensualidad, cuentan en Río Grande los vecinos.

En agosto del mismo año se subió a la antena de Radio Nacional exigiendo trabajo y un lugar para vivir. La policía lo llevó a una institución de pacientes psiquiátricos. Poco después de salir del centro de salud se peleó a cuchillazos con un conocido y resultó detenido.

Una vez más Díaz Aguila acudió a la comisaría esta vez para autodenunciarse como el autor de un asesinato con arma blanca. La policía fueguina terminaría comprobando que su oponente solo estaba herido y que no había muerto. Lo encerraron y salió liberado poco después. Finalmente se esfumó.

Se sabe que el sospechoso trabajó entre 2088 y 2016 en tareas de campo y estuvo al menos 2 años empleado en la construcción en Río Grande.

“No se sabe dónde pueda estar pero su testimonio es muy importante, esta persona podría estar relacionada directamente con la desaparición de Sofía”, subraya la madre.

Según pudo averiguar este medio, el hombre nació el 25 de marzo de 1969 en Castro y tiene DNI argentino y cédula chilena.