04/09/2022

Una actriz viedmense rompe las tablas en los teatros porteños

Una actriz viedmense rompe las tablas en los teatros porteños

Se llama Ekiñe Azcárate Martínez. Tiene 21 años. Nació y creció en Viedma. Actualmente vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). En agosto pasado se recibió de actriz y directora de Artes Escénicas, en el Centro de Investigación Cinematográfica de Buenos Aires (CIC) donde encontró una ventana a un mundo que le enseñó a conocerse a sí misma sino a ver con ojos honestos y curiosos a quienes están a su alrededor.

Sus comienzos en la actuación los vivió en Viedma de la mano de Miguelina Lariguet y de los docentes del Centro Municipal de Cultura (CMC) de esta capital.

“Yo me acuerdo que ‘Migue’ fue una de las primeras personas que me insistía en que me dedicara profesionalmente a la actuación, que no me quedara en el taller. Así fue como conocí a Carlos Marsero, mi mentor”, contó a NoticiasNet. Marsero, reúne una excelente formación internacional, pues estuvo en el Actors Studio de Nueva York, de Lee Strasberg (participante en El Padrino).

Ekiñe señaló que “desde los 15 años realicé un proceso de formación actoral a través de un método de Laboratorio dictado por el reconocido Director y Actor, Carlos, con quién sigo vinculada a nivel laboral actualmente acá en Buenos Aires. Él me dió mi primer trabajo en el teatro. Formamos una cooperativa llamada Teatro Vivo con ex alumnos del Laboratorio y presentamos la obra "Eva y Victoria, la huella de una grieta". Muchos hermosos recuerdos y grandes enseñanzas”.

Si bien su nombre aún no se encuentra encabezando las principales marquesinas de los teatros porteños, la joven está dando sus primeros pasos,  Como actriz, participó en la película La Hermosa Fantasía del Propósito Final del cineasta de la Comarca  Viedma-Patagones Ivan Preuss. Un proyecto realizado por la mayoría jóvenes entusiastas, hecho a puro pulmón y con mucho cariño.

Actualmente trabaja en el hermoso Teatro Border, ubicado en Plaza Serrano, con la Obra “El plan Sistemático de la Mosca”, proyecto que surgió como  Tesis de Grado junto a sus compañeros de estudio  con la Dirección de Pablo Drigo.

En esa puesta en escena, además de trabajar en la interpretación, también realizó junto con varias compañeras la escenografía y el vestuario. “Verdaderamente fue un proceso de aprendizaje gigante. Es decir, somos 30 actores al mismo tiempo en escena durante toda la obra. A los espectadores no le alcanzan los ojos. Estoy muy contenta, el público está respondiendo más que bien, ya que hemos agotado todas las localidades cada semana, razón por la cual contemplamos seguir sumando más fechas”, destacó

Ekiñe puso de manifiesto que tanto este teatro y la Plataforma Alternativa Teatral son una gran vidriera en su profesión y “esto es un empujón muy grande en mi carrera, así que quiero agradecer profundamente a todos los que me han acompañado en este proceso. Mi familia, amigos, docentes, compañeros, no podría haberlo hecho sin ustedes”.

Admitió que para dedicarse al rubro de las Artes (no sólo Escénicas), “se requiere amor y pasión, persistencia más que todo y esa conjunción se consolida en uno y con las ganas de trabajar que tengas. Aunque el área de las artes y las humanidades haya sido opacada por las ciencias puras y duras, algunas personas seguimos viendo y encontrando desde la vocación, el valor que tiene el arte para los seres humanos. Nos sensibiliza, nos conecta. Nos hace frenar y replantearnos la vida”.

A su entender “el arte puede vencer fronteras sociales, romper prejuicios y juicios y yo tengo la firme convicción que el teatro es una disciplina seria y rigurosa en la que para sacar un proyecto adelante se debe poner el alma entera” y “actuar me ayuda a ser mejor persona. Me ha ayudado a comprender muchas cosas de mi vida. Comprendí que el trabajo de actriz, es una cuestión de sensibilidad y disciplina. Porque si bien puedo iniciar el viaje de investigación personal, sostenerlo todos los días es el tema”.

Concluyó en que “la disciplina y la paciencia se entrenan, diría Carlos (Marsero). Abrirse es el primer paso. Partir de mi identidad, es decir de mi propia estructura de quién soy yo, y desde ahí poner el cuerpo para dar vida a otras historias. Dejando el juicio de lado. Comprender las circunstancias vale más que justificar los actos. El teatro te plantea que no podés partir de un juicio, tu tarea es tratar de comprender el por qué el otro que hace lo que hace. Me ha ayudado mucho a ser más empática, a escuchar desde otro lugar, y verle siempre más de una cara a las cosas. La actuación me ha aportado un mayor nivel de consciencia y de aceptación de la incertidumbre. Sin dudas, el mejor regalo que te puede dar la vida es dedicarte a lo que te apasiona”.

¿Qué opinión tenés sobre esta nota?


Me gusta 0%
No me gusta 0%
Me da tristeza 0%
Me da alegría 0%
Me da bronca 0%
Te puede interesar
Ultimas noticias